El asesino, que vivía con sus progenitores, se moviliza en silla de ruedas y tiene enanismo. Su novia fue cómplice del crimen.
El nicaragüense Adrián José Guerrero Echeverri, de 38 años, y Nidia Patricia Quintana, de 26, se declararon culpables ante la jueza por los delitos de parricidio, asesinato agravado y robo con intimidación agravado en perjuicio del anciano de 73 años y su esposa, de 72.
El hombre fue sentenciado a 44 años de prisión y su compañera a 58. Sin embargo, ambos cumplirán una pena de 30, que es la máxima en Nicaragua, donde se registró el parricidio.
Hijo confesó delito ante sus hermanos
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Según el Ministerio Público y la Policía Nacional, el hombre, que se moviliza en silla de ruedas, y su pareja, de 26 años, son los autores del crimen de Guillermo Adrián Guerrero Espinoza y Sonia Marlen Echeverry Mendieta.
En la audiencia anterior, el parricida, ante la presencia de sus dos hermanos quienes estaban en la sala de juicio, aceptó haber pedido a su mujer que llegara a la casa donde él vivía junto con sus padres, y de común acuerdo procedieron a desconectar todo el dispositivo de cámaras de seguridad que había en la vivienda, para luego asesinarlos.
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La pareja de septuagenarios fue acuchillada cerca de la medianoche del pasado 17 de noviembre en su casa en el barrio Altamira, ubicado cerca del nuevo centro de Managua.
Los cuerpos de la pareja de ancianos fueron encontrados en bolsas que dejaron escondidos dentro de dos roperos, según sus vecinos.
El doble crimen fue reportado mediante una llamada telefónica al centro de emergencia 118 por una persona de iniciales J.G.
Robaron tarjetas y joyas
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Como parte de las pruebas en el juicio, la Fiscalía presentó testigos, videos de la escena del hecho y las compras que hicieron con las tarjetas de crédito y débito de las víctimas.
Las autoridades detuvieron a los dos sospechosos en un hotel de Managua, donde habían hecho uso de una de las tarjetas de crédito de las víctimas que tenían un límite de 10.000 dólares.
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Según la Policía, para cometer el crimen, los dos sospechosos golpearon a la pareja de ancianos con un tubo metálico en la cabeza, posteriormente los apuñalaron con navajas, luego los asfixiaron con una almohada y finalmente los cubrieron con plástico negro y los metieron en un ropero.
Tras cometer el crimen, la pareja sospechosa robó las tarjetas de crédito, joyas, cerca de 200 dólares y huyó en un automóvil propiedad de las víctimas que tenían estacionado en el hotel en el que se alojaron.
La Policía decomisó, además del vehículo, joyas y las tarjetas de créditos, diversos artículos de línea blanca que habían comprado con las tarjetas hurtadas.
También decomisó el tubo metálico y una navaja que tenían manchas de sangre de las víctimas y la ropa que vestían el día de los hechos.
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