El expresidente egipcio pasó seis años detenido por la muerte de 239 manifestantes durante las revueltas del 2011 que acabaron con su mandato.
Se le había condenado a cadena perpetua, pero hubo un cambio de gobierno en el 2013 y Mubarak resultó absuelto por las muertes de sus opositores.
El exmandatario pasó gran parte de esos seis años recluido en un hospital.