Alberto Amatto y Facundo Oviedo fueron acusados de abordar a un hombre en una calle de Córdoba, Argentina, y amenazarlo con soltarle a dos perros -hembra y macho- de esta raza considerada potencialmente peligrosa.
Ante la intimidante presencia de los animales, la víctima no tuvo más remedio que acceder a las peticiones: entregar celular, billetera y otras pertenencias. A pesar de lograr su cometido, los delincuentes lo amenazaron con soltar a los caninos si no salía corriendo.
Las autoridades hicieron su trabajo y lograron interceptar a los delincuentes para llevarlos ante la justicia.
En los estrados un juez consideró que, más que el robo, haber usado a los animales fue un agravante para elevar la condena. El funcionario tuvo en cuenta que en este caso se usó un “arma impropia”, que en las leyes de ese país se denomina a “todo objeto que, circunstancialmente, aumente el poder ofensivo del hombre debido a su efectivo empleo como medio violento".
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Los ladrones fueron condenados a cinco años de prisión por el atraco, “no tanto por la materia, sino por la forme y el uso” que se les dio a dos animales, seguramente entrenados para hacer daño.