En la Plaza de Bolívar de Bogotá el fotógrafo estadounidense logró reunir a 6.132. Esta cifra es poco si se le compara con las manifestaciones, marchas y otro tipo de encuentros culturales. Sin embargo, en esta ocasión los invitados tenían una particularidad: asistieron desnudos.
El evento inició desde tempranas horas del domingo cinco de junio. Venciendo el frío y el pudor de quitarse la ropa frente a más de seis mil desconocidos, y además posar para un fotógrafo, empezaron a llegar uno a uno. “Me inscribí y me enviaron un correo en que no me dijeron esto es lo que vamos a hacer”, relató Luisa Fernanda Vásquez a la agencia Efe.
Las prácticas conservadoras quedaron a un lado y la gente desnuda era más que un lunar entre símbolos de las buenas costumbres, teniendo en cuenta que eran ‘observados’ en silencio por la Catedral Primada, la Alcaldía de Bogotá el capitolio y un poco más retirada, la casa del presidente.
A muchos de los que aceptaron el reto finalmente les quedó grande. Asistió menos de la mitad de los inscritos, pero fueron suficientes para las pretensiones del fotógrafo famoso por su trabajo con cuerpos al natural.
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