
En Florida, Estados Unidos, fue ejecutado un exmilitar condenado por el asesinato de su esposa y sus dos hijos, de 7 y 5 años. Se trata de Edward Zakrzewski, de 60 años, quien el pasado 31 de julio recibió una inyección letal por los crímenes cometidos en 1994.
La ejecución de Zakrzewski, quien fue miembro de la Fuerza Aérea de EE. UU., se llevó a cabo a pesar de críticas de organizaciones civiles y religiosas, como la Arquidiócesis de Miami.
Se entregó tras aparecer en televisión
En junio de 1994, Zakrzewski mató a su esposa Sylvia, de 34 años; a su hijo Edward, de 7, y a la pequeña Anna, de 5.
El exsargento de la Fuerza Aérea, que se declaró culpable, masacró a su familia después de enterarse de que su esposa quería divorciarse de él. A ella la golpeó con una palanca, antes de estrangularla con una cuerda y rematarla con un machete. Los niños fueron asesinados con esa arma, adquirida por el asesino durante su pausa para almorzar, el mismo día de los hechos.
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Zakrzewski huyó a Hawái y se cambió de nombre tras los crímenes, pero se entregó cuatro meses después tras ser identificado por unos amigos gracias a un programa de televisión llamado ‘Unsolved Mysteries’ (Misterios sin resolver).
Sus últimas palabras
De acuerdo con diversos medios estadounidenses, el exmilitar dijo: “Quiero agradecer a la buena gente del Estado del Sol por matarme de la manera más fría, calculada, limpia, humana y eficiente posible. No tengo ninguna queja”.
Luego alcanzó a decir una parte de un poema. Fue declarado muerto a las 6:12 p.m.
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Durante 2025 se han llevado a cabo 26 ejecuciones en Estados Unidos, la cifra más alta desde las 28 ejecuciones de 2015. Veintiuna de ellas se han llevado a cabo mediante inyección letal, dos por fusilamiento y tres mediante hipoxia por nitrógeno, que consiste en bombear ese gas a través de una máscara facial, lo que provoca la asfixia del preso.
El uso de nitrógeno como método de pena capital ha sido denunciado por expertos de las Naciones Unidas como cruel e inhumano.
La pena de muerte ha sido abolida en 23 de los 50 estados del país, mientras que otros tres (California, Oregón y Pensilvania) tienen moratorias en vigor.
El presidente Donald Trump es partidario de la pena capital y, en su primer día en el cargo, pidió que se ampliara su uso "para los crímenes más viles".
El récord de Florida
Con este hecho, el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, rompe el récord de penas de muerte ejecutadas en un año en el estado: nueve, según la organización Death Penalty Information Center. El Estado del Sol es, además, el segundo con más prisioneros sentenciados a muerte, con 278, solo por detrás de los 585 de California, indica un reporte de dicha asociación.
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Pero también lidera en el número de condenados de forma errónea a la pena capital, pues 30 personas con esta sentencia han resultado ser inocentes desde 1973, seguido por 22 de Illinois y 18 de Texas, detallan los datos del Death Penalty Information Center.
El récord de Florida también resalta porque en 2024 solo hubo una ejecución, en 2023 hubo seis, y de 2020 a 2022 no hubo ninguna.
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El gobernador DeSantis y los republicanos en Florida han impulsado leyes en el último año para ampliar la pena capital, como una que implementa este castigo para ciertos crímenes de tráfico sexual y otra que la obliga en casos de migrantes indocumentados que cometen algún delito aplicable.
La siguiente ejecución está programada para el 19 de agosto, la de Kayle Bates, de 67 años y quien mató a cuchilladas a una mujer de 24 en el condado de Bay, y para el 28 de agosto la de Curtis Windom, de 59, que mató a tres personas en el condado de Orange.
La asociación Floridians for Alternatives to the Death Penalty (FADP) circuló una petición para exigir al gobernador que "termine este ciclo de muertes patrocinadas por el estado".
"Cada ejecución nos deshumaniza a todos. Creemos que la verdadera seguridad pública viene de la justicia arraigada en la rendición de cuentas, no de la venganza. La clemencia en este caso reflejaría los valores de justicia, mesura y dignidad humana", expone la carta.
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El arzobispo de Miami, Thomas Wenski, publicó un artículo de opinión contra la pena de muerte en Florida al argumentar que "una sentencia a cadena perpetua sin posibilidad de perdón es un castigo severo y justo que también permite a los malhechores la continua reflexión del daño que han causado".
"¿Por qué insistir en la pena de muerte? Acompañar a las familias de las víctimas de asesinato no nos obliga a nosotros, como sociedad, a buscar otra muerte a cambio. Su dolor no puede limpiarse y la pérdida de la vida de sus seres queridos no puede restaurarse con otra muerte", indicó Wenski el 14 de julio.
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El apoyo a la pena de muerte está en uno de sus menores niveles desde la década de 1970 en la encuesta anual de Gallup, que en 2024 encontró que 53% de los estadounidenses apoyaba el castigo capital.
EDITADO POR SANDRA SORIANO SORIANO
COORDINADORA DIGITAL NOTICIAS CARACOL
smsorian@caracoltv.com.co
*CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS AFP/EFE