Miles de opositores a las mascarillas y a las restricciones impuestas contra la epidemia del COVID-19 se manifestaron en Berlín, mientras aumentan los nuevos casos de coronavirus en Alemania.
En la protesta llamada ‘Festival de la libertad y la paz’ se reunieron "pensadores libres", activistas antivacunas, partidarios de la teoría de la conspiración y simpatizantes de extrema derecha. Se dieron cita en la puerta de Brandemburgo y es el segundo acto de este tipo en un mes, lo cual preocupa a las autoridades.
El ayuntamiento de la capital alemana prohibió inicialmente la manifestación por "razones de salud pública": la imposibilidad de respetar la distancia de al menos 1,5 metros entre los manifestantes, quienes incumplieron las medidas de bioseguridad.
Llamamientos a la violencia
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Una manifestación anterior de este tipo ya reunió el 1 de agosto a unas 20.000 personas, principalmente de los círculos de ultraderecha.
Fue interrumpida por la policía porque los manifestantes incumplieron los gestos de barrera.
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La jefa de la policía de Berlín, Barbara Slowik, instó a los manifestantes a "actuar con responsabilidad y de forma razonable" y denunció llamamientos a la violencia en las redes sociales.
Esta protesta se lleva a cabo en un contexto de creciente malestar entre la opinión pública alemana por las restricciones decretadas contra la pandemia.
El promotor de la manifestación, Michael Ballweg, un empresario informático sin etiqueta política a la cabeza del movimiento "Pensadores no conformistas-711", surgido en Stuttgart, describió el intento de prohibición de "ataque a la Constitución" alemana que defiende el derecho de expresión.
Sus partidarios protestan contra la "dictadura" de las medidas por el nuevo coronavirus que consideran un obstáculo para su libertad. Exigen la caída del gobierno de Angela Merkel y nuevas elecciones en octubre de 2020, es decir un año antes de lo previsto.
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Entretanto, Alemania, como muchos países europeos, se enfrenta desde hace semanas a un aumento de los contagios, con una media de alrededor de 1.500 nuevos casos declarados a diario.
La canciller Angela Merkel dijo el viernes que prevé una evolución de la pandemia "aún más difícil" en los próximos meses.
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Este deterioro en los últimos días, en parte atribuido a la vuelta de las vacaciones, ha llevado a las autoridades a adoptar nuevas medidas restrictivas, como la limitación de las reuniones privadas o la imposición de multas a aquellos que no lleven puesta la mascarilla en los lugares donde es obligatoria.
Protestas de este tipo también se registraron en Londres, Reino Unido y en París, Francia.