El exjefe de la mafia siciliana estaba en la cárcel. Ordenó más de 150 asesinatos y pesaban contra él 26 cadenas perpetuas. Tenía 87 años.
Conocido como "La Fiera", Toto Riina, el padrino de los padrinos, nació en una familia humilde de Corleone y escaló todos los peldaños de la Cosa Nostra, sembrando el terror en Sicilia y en su propia organización durante 20 años.
Justo un día después de cumplir 87 años, el exjefe supremo de la mafia siciliana murió en la cárcel, donde pasó más de dos décadas desde 1993.
Bajo su sanguinaria dirección desde los años setenta, ordenó más de 150 asesinatos, en particular los de los jueces antimafia Giovanni Falcone (1992) y Paolo Borsellino (1993). Fue también uno de los cerebros de los atentados que dejaron 10 muertos en Roma, Milán y Florencia en 1993.
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A Salvatore 'Toto' Riina también se le conocía como "U Curtu" (El corto) por su escasa estatura (1,58 metros).
Durante años negó pertenecer a la Cosa Nostra hasta que en 2009 reconoció implícitamente su papel en esa organización delictiva.
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Nació el 16 de noviembre de 1930 en Corleone, cerca de Palermo, capital de la Sicilia, en el seno de una familia de campesinos pobres y con solo 18 años entró en la mafia.
Luego de una primera estadía en la cárcel por asesinato, Riina, soldado fiel del capo Luciano Liggio desde los años cincuenta, fue ascendiendo en la organización hasta sustituir en 1974 a su jefe.
En 1969 la justicia emitió la primera orden de detención en su contra, pero logró vivir en la clandestinidad durante casi 25 años, durante los cuales, probablemente, nunca salió de Sicilia.
Riina, al frente del clan de los Corleone, se apoderó de todas las actividades rentables de la mafia, desde el tráfico de drogas hasta los secuestros, pasando por la extorsión, al cabo de una guerra que en los años ochenta causó centenas de muertos entre las "familias" palermitanas.
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Tras ganar la guerra, en 1982, Riina tomó todo el poder, convirtiéndose en el jefe de la "Cúpula" (el ejecutivo de Cosa Nostra).
Desde esa fecha comenzó una campaña de violencia contra los representantes del Estado.
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Gracias a la colaboración de varios arrepentidos, entre ellos su chófer personal, hartos o aterrorizados por la crueldad del capo máximo, las fuerzas de seguridad detuvieron a Riina el 15 de enero de 1993 en un suburbio de Palermo.
Toto Riina rechazó las acusaciones y afirmó que no conocía a la mafia, alegando que vivía en la clandestinidad para huir de acusaciones falsa.
Los vídeos de los interrogatorios de Riina revelaron un personaje de una gran habilidad, que ocultaba detrás de la apariencia de un anciano ingenuo y miedoso, una actitud fría y una mirada amenazadora.
En 2009, Toto Riina rompió el silencio, afirmando que la mafia no había sido responsable de la muerte del juez Paolo Borsellino, reconociendo de facto que había sido el principal dirigente de la organización.
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Tras sus múltiples condenas por asesinato y asociación mafiosa al cabo de interminables juicios, la justicia confiscó al "padrino de padrinos" una fortuna de 125 millones de euros (147 millones de dólares) invertida en bienes diversos.
Toto Riina purgó su pena en una cárcel de Parma, en el norte de Italia, siendo sometido al "duro" régimen carcelario previsto para los mafiosos que, entre otras disposiciones, prohíbe las visitas de familiares, autorizando sólo las de su abogado.
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En julio de 2017, Riina, aquejado de cáncer, solicitó una suspensión de pena para ser hospitalizado o un arresto domiciliario.
Pero un tribunal de Bolonia dictaminó que Riina debía permanecer detenido alegando que el tratamiento médico que recibía en el sector carcelario del hospital de Parma era correcto y suficiente.
Toto Riina, casado desde 1974 con Antonietta Bagarella, una maestra perteneciente a una gran familia mafiosa, tuvo cuatro hijos, entre ellos dos varones que siguieron sus pasos.
Giuseppe Salvatore, nacido en 1977, fue condenado a 8 años y 10 meses de cárcel por asociación mafiosa en 2009. Giovanni, nacido en 1976, cumple cadena perpetua por asesinato.
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