Los equipos de rescate hallaron el cuerpo sin vida de Srishti, una niña de 2 años, tras más de 50 horas de operaciones para sacarla del pozo de 100 metros de profundidad en el que quedó atrapada el lunes 5 de junio en el centro de la India.
Los operarios sacaron en la noche del jueves a la menor del pozo y fue rápidamente trasladada a un hospital, donde los doctores declararon que la niña había muerto unas 40 horas antes por asfixia.
"A pesar de los continuos esfuerzos, lamentablemente no hemos podido salvar a la niña. Según la autopsia, el cuerpo se encuentra en un estado bastante descompuesto", dijo a los medios Ashish Tiwari, director ejecutivo del distrito de Sehore, en el estado de Madhya Pradesh, donde tuvo lugar la operación de rescate.
Las autoridades han presentado cargos contra el propietario de la granja donde se encontraba el pozo en India, así como contra su responsable, por no haber tapado su apertura, aseguró el superintendente de Policía de Sehore, Mayak Awasthi.
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Una advertencia que el jefe de Gobierno de Madhya Pradesh, Shivraj Singh, trasladó al resto de propietarios de pozos, al insistir en que "se realizará una investigación en su contra y se tomarán las debidas medidas contra cualquiera que deje un pozo al descubierto".
Srishti cayó en el pozo alrededor de las 13.00 hora local (7.30 GMT) del lunes 5 de junio, cuando jugaba en sus cercanías, tras lo que los vecinos de la zona alertaron a las autoridades.
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Equipos de la Fuerza Estatal de Respuesta a Desastres (SDERF) y de la Fuerza Nacional de Respuesta a Desastres (NDRF) participaron desde el principio en la operación, a las que después se unieron efectivos del Ejército y un robot especializado en este tipo de rescates.
Aunque la niña inicialmente se encontraba a una profundidad de unos 12 metros, la vibración de las máquinas excavadoras hizo que se deslizase hasta los 30 metros.
Además, la dureza del terreno dificultó desde el comienzo las labores y los operarios no tardaron en descartar la opción de cavar un túnel hasta donde estaba la menor, para finalmente sacarla a través de la entrada principal del pozo.
La India vivió una operación similar hace un año, cuando el pequeño Rahul, de 10 años, cayó a un pozo en el norte del país, aunque logró ser rescatado con vida tras una operación que duró más de 100 horas.
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No obstante, otro niño de dos años falleció a finales de octubre de 2019 en el sur de país tras caer a otro pozo de unos 30 metros de profundidad.