Ella fue una de las 22 víctimas
del atentado a la escuela General Santander. A un año de la tragedia, su familia tiene un pedido especial.
Roberto y Elizabeth, los padres de Erika, dejaron la habitación de la cadete intacta. Conservan las medallas, condecoraciones y hasta las pertenencias que cargaba el día de su muerte.
“No queremos olvidarla. Es una manera de recordar a mi hija”, señala Roberto Chico, el padre.
El cuerpo de la ecuatoriana fue repatriado a su país con todos los honores y con el ofrecimiento de un ascenso post mortem, pues su sueño fue ser subteniente de Policía. Desafortunadamente, el gobierno ecuatoriano aún no se lo ha entregado.
El resentimiento de los padres es aún mayor, pues en Colombia a Erika Sofía no solo se le otorgó la nacionalidad colombiana por adopción, sino que le reconocieron a Roberto y Elizabeth los beneficios pensionales y prestacionales de un subteniente de Policía.
La familia pide que el gobierno de Ecuador le cumpla a Erika el sueño que tuvo en vida, lograr un ascenso.
Updated: enero 17, 2020 09:51 a. m.