Simone, de cinco años, estaba con su mamá y, cuando los ánimos se caldearon, ella empezó a llorar.
Al ver un policía, la niña le preguntó atemorizada: “¿Nos van a disparar?”, mientras su mamá intentó callarla.
El agente se acercó, le secó las lágrimas y le respondió: “Estamos aquí para protegerte, no estamos aquí para lastimarte en absoluto. Está bien, puedes protestar, puedes festejar, puedes hacer lo que quieras. Simplemente no rompas nada”.