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El sacerdote llamó la atención de las autoridades en Moscú por su aspecto pálido y nervioso, según información preliminar.
De inmediato fue trasladado a un hospital de la ciudad donde descubrieron la droga en su estómago, que sumada a la que llevaba en el equipaje pesaba 780 gramos de cocaína.
Rodríguez confesó en Rusia que había cometido el delito por presión de un grupo de narcotraficantes.