El hecho sucedió en Entre Ríos, Argentina.
Una mujer, identificada como Lucrecia y de 33 años, llegó hasta una estación de Bomberos Voluntarios con el dedo superinflamado.
Contó que se probó un anillo de acero quirúrgico, pero nunca imaginó la pesadilla que estaba por vivir.
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Al ver la gravedad del hecho, los bomberos tuvieron que recurrir a una “maniobra riesgosa” para poderla ayudar.
"Se le realizan maniobras de extracción, con la utilización de alicates y demás elementos de protección personal (EPP), lográndose cortar y retirar el anillo, del dedo anular de su mano derecha", aseguraron los Bomberos de Concordia.
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El temor más grande de Lucrecia era que todo terminar en una amputación.
Autoridades hicieron un llamado a tener cuidado pues estos accidentes caseros pueden terminar en serias consecuencias.