Siguiendo las recomendaciones de un sacerdote, un joven indio decidió meterse al río Suheli, como parte de un ritual que incluía ofrendas en un fuego sagrado.
Cuando completaba el rito, un cocodrilo apareció en las aguas y se lo llevó en sus fauces. Nada pudo hacer para liberarse, y tampoco su padre, un anciano en condición de discapacidad que solo vio cómo su hijo era llevado por la corriente.
La familia se enteró de la tragedia y llamó a las autoridades del Parque Nacional de Dudhwa para que hicieran las labores de rescate, que se frenaron por la caída de la noche.
Sin embargo, solo dos días después hallaron el cadáver del joven Rinkesh Kumar a una distancia de dos kilómetros de donde lo habían visto por última vez.
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Dicen las autoridades que es de conocimiento general que los cocodrilos habitan en esa zona, pero ni las advertencias logran evitar que las personas entren a bañarse o realizar rituales, como le ocurrió Kumar.
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