El templo de Gotokuji, en Tokio, tiene cerca de 10.000 figuras de los 'maneki-neko', los famosos felinos blancos con la mano arriba.
“Muchos donan al templo el ‘maneki-neko’ que compraron luego que su deseo se hace realidad. No hay una regla estricta sobre eso. Algunos se los quedan un año y luego los donan al templo en agradecimiento por traerles felicidad durante un año. Por eso tenemos tantos”, asegura Tessai Kasukawa, sacerdote del templo Gotokuji.
El sitio ha sido muy popular durante décadas. Pero ahora atrae sobre todo a 'instagramers' de todo el mundo en busca de una fotografía curiosa.
“Estaba buscando algún lugar, de hecho, hice una búsqueda en Google de los lugares ‘instagrameables’ en Tokio y este aparecía en el sitio 'Time Out Japan'. Y este era uno de los más recomendados”, dice Emily Lin, turista de Hong Kong.
La leyenda sobre estas figuras felinas se remonta al siglo XV, cuando un sacerdote adoptó un gato llamado Tama. Un día, el animal vio llegar a un samurái y levantó la pata derecha para invitarlo a entrar al templo, minutos antes de que estallara una gran tormenta.
Para agradecerle, el guerrero se convirtió en uno de los benefactores del templo y Tama fue inmortalizado en forma de estatuilla.
Desde entonces, estos gatos simbolizan la buena fortuna en Japón y en toda Asia.