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Un temblor en Filipinas, de magnitud 6,9, sacudió este martes 30 de septiembre las costas, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), corrigiendo un registro anterior de 7,0. La profundidad fue de 10 kilómetros.
El epicentro del sismo se situó en el mar frente al extremo norte de la isla de Cebú y cerca de Bogo, una ciudad de más de 90.000 habitantes, según el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología, añadiendo que se esperan daños y réplicas.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico dijo que "no hay amenaza de tsunami por este terremoto" y "no se requiere ninguna acción". La agencia sismológica de Filipinas (Phivolcs) informó de una serie de réplicas de 5,0, 5,1 y 3,8 de magnitud, la última de ellas ocurrida a las 11:39 de la noche del martes.
La oficina local de sismología advirtió de una posible "pequeña perturbación del nivel del mar" e instó a los residentes de las islas centrales de Leyte, Cebú y Biliran a "mantenerse alejados de la playa y no ir a la costa".
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"Se recomienda a las personas cuyas viviendas se encuentren muy cerca de la costa de estas provincias que se desplacen más hacia el interior", añadió.
El bombero de Cebú, Joey Leeguid, declaró a la AFP desde San Fernando: "Sentimos el temblor aquí en nuestra estación; fue muy fuerte. Vimos cómo nuestro casillero se movía de izquierda a derecha; nos sentimos un poco mareados por un momento, pero ahora estamos todos bien".
Martham Pacilan, un residente de 25 años de la ciudad turística de Bantayan, cerca del epicentro, dijo que estaba en la plaza de la ciudad, cerca de una iglesia, cuando se produjo el terremoto. "Escuché un fuerte estruendo proveniente de la iglesia y luego vi rocas cayendo de la estructura. Por suerte, nadie resultó herido", relató a la AFP. Agregó que "estaba en shock y en pánico al mismo tiempo, pero mi cuerpo no podía moverse. Solo estaba allí esperando a que el temblor parara".
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Agnes Merza, una cuidadora que vive en Bantayan, contó que las baldosas de su cocina se habían agrietado. "Sentí que todos nos íbamos a caer. Es la primera vez que lo experimento. Los vecinos salieron corriendo de sus casas. Mis dos ayudantes adolescentes se escondieron debajo de una mesa porque eso es lo que les enseñaron en los scouts", dijo este hombre de 65 años.
Un streamer, identificado como Sam Pepper y que estaba haciendo una transmisión en vivo en la isla de Leyte, captó el momento mientras se encontraba en la parte alta de un restaurante, del cual fue evacuado en cuestión de segundos.
#Cebu #Philippines #Earthquake captured on Sam Pepper's #Kick Livestream. September 30th 2025 pic.twitter.com/rBquhAnF9G
— FMJames (@fmjames) September 30, 2025
Los terremotos son un fenómeno casi diario en Filipinas, que está situada en el Anillo de Fuego del Pacífico, un arco de intensa actividad sísmica que se extiende desde Japón a través del sudeste asiático y la cuenca del Pacífico. La mayoría son demasiado débiles para que los humanos los sientan, pero los fuertes y destructivos aparecen al azar, sin tecnología disponible para predecir cuándo y dónde podrían atacar.
La semana pasada, cerca de 400.000 personas fueron evacuadas por la tormenta, que derribó árboles y torres de alta tensión, arrancó techos de casas y causó inundaciones. Por lo menos 27 personas murieron, según un funcionario de defensa civil.
Bualoi llegó tras el supertifón Ragasa, que causó el fallecimiento de 14 personas en el norte de Filipinas.
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Los científicos advierten de que las tormentas son cada vez más poderosas a medida que el planeta se calienta debido a los efectos del cambio climático provocado por el ser humano.
EDITADO POR SANDRA SORIANO SORIANO
COORDINADORA DIGITAL NOTICIAS CARACOL
smsorian@caracoltv.com.co
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*CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS AFP/EFE