"El presidente Trump está enfocado en que los estadounidenses vuelvan a trabajar tan pronto como sea posible", indicó un funcionario de la Casa Blanca, que pidió no ser identificado.
El frenazo económico debido al confinamiento aumentó la tasa de desempleo de 3,5% en febrero a 13,3% en mayo. Esto implica que, a pesar del inicio de una reactivación de la economía, desde que se desató la crisis sanitaria 45,7 millones de personas han solicitado los subsidios semanales por desempleo.
Trump, preocupado de que estas cifras perjudiquen su reelección en noviembre, firmó el 22 de abril un decreto para limitar durante 60 días la entrega de permisos de residencias permanentes.
El anuncio de este lunes extenderá esta limitación hasta el 31 de diciembre y afectará además a varios permisos temporales, incluyendo la visa H-1B para personas con talentos especiales, muy utilizada por la industria tecnológica.
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Las restricciones también afectan a la mayoría de las visas de la categoría J, destinada a académicos e investigadores, y a los permisos L, utilizados por empresas para llevar a trabajadores que están en el extranjero hacia Estados Unidos.
NUEVAS TRABAS PARA LOS DEMANDANTES DE ASILO
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El bloqueo también afectará a las visas temporales H-2B para trabajadores de baja cualificación, que cada año usan cerca de 66.000 personas, pero eximiendo de las restricciones los permisos para el sector alimentario.
Los permisos para las niñeras extranjeras que entren contratadas por una familia para enseñar idiomas se beneficiarán también de las excepciones, al igual que los trabajadores de plantas de procesamiento de mariscos.
Adicionalmente, el funcionario indicó que el gobierno añadirá trabas a los permisos de trabajo para demandantes de asilo, en un momento en que los solicitantes esperan en promedio dos años para obtener una respuesta.
El congelamiento de la entrega de visas H1-B será temporal y permitirá que el programa sea reformado para eliminar el sistema actual en el que ciertos cupos son distribuidos mediante una lotería, indicó el funcionario.
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Según la Casa Blanca, el nuevo sistema busca dar prioridad a los extranjeros con mayores capacidades dando preferencia a aquellos que reciban salarios más altos.
"Esto va a eliminar la competencia con los estadounidenses (...) En estas industrias en el nivel de entrada", afirmó el alto cargo.
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El senador de Carolina del Sur Lindsey Graham, usualmente un firme aliado de Trump, criticó la decisión y tuiteó: "Quienes creen que la inmigración legal, particularmente las visas de trabajo, dañan al trabajador estadounidense no comprenden la economía de Estados Unidos".
Y añadió que teme que la decisión del presidente "genere una carga en la recuperación económica".
Varios sectores de la industria tecnológica y la Cámara de Comercio han advertido también que estas medidas pueden perjudicar la reactivación.
Estados Unidos sufre el brote de coronavirus más severo de todo el mundo con más de 120.000 muertos y 2,2 millones de casos.
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El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió a principios de mes que el desempleo podría ser del 9,3% a finales de año.