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El mundo se mantuvo atento al desarrollo del segundo día del cónclave en el Vaticano. La Plaza de San Pedro, con una gran concentración de fieles, estuvo bajo observación desde tempranas horas. Durante toda la mañana y parte de la tarde, miles de personas mantuvieron la mirada fija en la tradicional chimenea del Vaticano, símbolo del anuncio papal. Dos señales de humo negro se vieron el miércoles 7 de mayo, lo que indicó que aún no había una decisión.
Sin embargo, el jueves, hacia las 11:08 a. m. (hora de Colombia) y las 6:08 p. m. (hora de Roma), la señal esperada se produjo: el humo blanco anunció que el cónclave había llegado a un consenso. La frase "Habemus Papa" comenzó a circular entre los asistentes. Minutos después del humo blanco, a las 11:25 a. m. (hora Colombia) y 6:25 p. m. (hora Roma), el cardenal protodiácono Dominique Mamberti se acercó al balcón central de la basílica de San Pedro. Desde allí pronunció la tradicional fórmula: "Habemus Papam". En ese momento, se reveló el nombre del nuevo líder de la Iglesia católica:el cardenal Robert Francis Prevost. A partir de entonces, asumió el nombre de León XIV.
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Hacia el mediodía en Colombia y 7:00 p.m., en el Vaticano, el nuevo papa apareció por primera vez ante el mundo desde el balcón de la basílica. Su expresión reflejaba una reacción visible mientras se enfrentaba a la multitud congregada. El ambiente estuvo marcado por aplausos, vítores y banderas ondeando. Su primer saludo fue breve pero significativo: "La paz esté con todos ustedes".
En su mensaje inicial , León XIV expresó: "Queridísimos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el buen pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en su corazón, alcanzara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!"
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El nuevo pontífice continuó su mensaje con un llamado al entendimiento y a la cooperación entre las personas. "Esta es la paz de Cristo Resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente. Aún conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco que bendecía a Roma. ¡El Papa que bendecía a Roma daba su bendición al mundo, al mundo entero, aquella mañana del día de Pascua! Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: ¡Dios nos quiere, Dios los ama a todos, y el mal no prevalecerá! ¡Estamos todos en las manos de Dios! Por lo tanto, sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo va delante de nosotros. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos también ustedes, luego los unos a los otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!"
León XIV, también agradeció al colegio cardenalicio su elección y recordó su formación espiritual: "Quiero agradecer también a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser Sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes, como una Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros. Soy hijo de San Agustín, agustino, que dijo: 'Con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo.' En este sentido, todos podemos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado."
En una parte de su mensaje, el nuevo papa dirigió unas palabras en español, con una mención especial a Perú : "Y si me permiten también, una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo".
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En su cierre, León XIV subrayó su visión de Iglesia en movimiento: "A todos ustedes, hermanos y hermanas de Roma, de Italia, de todo el mundo, queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca especialmente de quienes sufren. Hoy es el día de la Súplica a la Virgen de Pompeya. Nuestra Madre María quiere siempre caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor. Entonces, quisiera rezar con ustedes. Recemos juntos por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz en el mundo, y pidamos esta gracia especial a María, nuestra Madre".
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León XIV reiteró su aprecio por el camino recorrido por su predecesor: "Aún mantenemos en nuestros oídos, aquella tenue, pero siempre valiente voz del papa Francisco bendiciendo en Roma", expresó el nuevo pontífice, de 69 años. Fue elegido durante la segunda jornada del cónclave y, según se presume, en la cuarta votación entre los 133 cardenales electores.
El nuevo papa también recordó su experiencia en América Latina, donde pasó cerca de veinte años como administrador apostólico en Chiclayo. Su cercanía al papa Francisco se hizo evidente en su discurso, especialmente al señalar la necesidad de continuar construyendo puentes a través del diálogo y el encuentro. "Gracias Francisco", expresó León XIV, reafirmando su voluntad de continuar un camino de apertura, misión y comunión dentro de la Iglesia católica.
EFE
DANNA SOFÍA SUÁREZ G
PERIODISTA DE NOTICIAS CARACOL