La búsqueda de un futuro prometedor llevó a Mildret Narváez y Michael Rodríguez a tomar una decisión habitual para miles de padres trabajadores en Colombia: confiar el cuidado de su hijo, Liam Gael, a un centro de atención infantil. Lo que comenzó como un sueño de progreso se convirtió en una pesadilla el 29 de septiembre de 2025, cuando el pequeño, de tan solo 11 meses de edad, murió en el establecimiento conocido como Arkids, en circunstancias que aún son materia de investigación por parte de las autoridades. Séptimo Día conoció detalles del caso. Liam Gael fue el primer hijo de Mildret y Michael, una pareja que en 2024 recibió con gran ilusión la noticia de su nacimiento. Buscando darle un buen futuro a su bebé, ella trabajaba en un almacén y él en una construcción, por lo que, para poder cumplir con sus jornadas laborales, confiaron en un sitio que, según indicaron, les habían recomendado.Durante seis meses, la pareja llevó a Liam Gael a Arkids, muy cerca de su casa en La Calera, pagando mensualmente 400.000 pesos por su cuidado. Lo dejaban diariamente alrededor de las 7:30 de la mañana y lo recogían, muchas veces, "hasta las 5 de la tarde que era que trabajaban".La llamada que lo cambió todoTodo transcurría con normalidad hasta el 29 de septiembre de 2025. Los padres afirman que el bebé llegó al centro de estimulación en perfectas condiciones. “Él llegó en perfectas condiciones. El niño no llegó ni con moquitos ni con secreción nasal, no llegó con nada, llegó completamente limpio y sanito al jardín. Nunca estuvo enfermo, en sus 11 mesecitos nunca estuvo hospitalizado, él siempre era un niño super saludable”, recuerdan los padres del pequeño.Ese día, a las 10:10 de la mañana, Mildret, quien estaba trabajando, recibió la fatídica llamada. Según su relato, “la profesora Jessica me llama y me dice ‘Mamita es que la profesora Juli se tuvo que ir con Liam al centro de salud porque broncoaspiró y se nos puso morado".“Mi única reacción fue salir a correr, simplemente nos llamaron para informar que el niño había broncoaspirado sin una respuesta lógica de qué fue lo que sucedió ese día en el jardín", comentó el padre en Séptimo Día.El centro de salud: sin signos vitalesEl pequeño Liam Gael fue traído a la urgencia del centro de salud del municipio de La Calera a las 10:05 de la mañana de ese 29 de septiembre. Dayana Narváez, enfermera y abuela materna del niño, quien vive a dos casas del jardín (a menos de 50 metros), cuestiona por qué no la contactaron primero.Por su parte, Mildret relata que al llegar al centro de salud le preguntó a la profesora qué hbaía pasado y su respuesta fue abrazarla y decirle: "es que el niño broncoaspiró por comer mucho y está en reanimación”.Esta explicación tomó por sorpresa a la joven madre, pues señala que habían pasado casi tres horas desde que ella le había dado el desayuno. Mildret relató que ese día le había preparado a su hijo "un sándwich de jamón y queso" y que él solo "se comió la mitad". Además, lo más extraño para ella fue que, al ir a mirar, estaba "completamente todo lo que le empaque en su lonchera".Según Mario Posada, médico y vocero del centro de salud de La Calera, el paciente ingresó a la institución con "ausencia de signos vitales, sin frecuencia cardíaca, sin frecuencia respiratoria".En apenas "2 minuticos salió la doctora" y le dijo a la madre que debía ser fuerte "porque el niño no resistió". A pesar de que se hicieron maniobras de reanimación por aproximadamente 20 minutos, el paciente fue declarado muerto.La incertidumbre sobre la causa de la muerte era palpable, incluso para el personal médico.El médico Posada indicó que se encontraron "secreciones en la vía aérea" durante la reanimación, pero solamente la autopsia determinaría si esto fue determinante para la muerte.Las versiones de las profesoras y la defensaHéctor Muñoz, abogado de Jessica Peña y Erika Juliana Garzón, docentes y dueñas del establecimiento, ofreció una versión que difiere de los hallazgos de los padres sobre los alimentos.Según la versión del abogado, en un momento, una de las profesoras ve que el niño estaba dormido "pero tenía náuseas", por lo que lo sientan, miran qué es lo que tiene, y "el niño no respondía". Señala, además, que el "no había comido absolutamente nada más" en el jardín.En medio del dolor y la búsqueda de respuestas, los padres de Liam Gael descubrieron una grave irregularidad: Arkids era un establecimiento comercial que, a pesar de prestar servicios de cuidado y estimulación temprana, no estaba registrado ni era reconocido como un centro de educación infantil.Genny Padilla, secretaria de educación del departamento de Cundinamarca, confirmó que el establecimiento "no se encontraba registrado" y tampoco había sido reportado por el municipio, por lo que lo desconocían desde el departamento.El centro de estimulación temprana, al no prestar un servicio educativo formal como tal, no está vigilado por el Ministerio de Educación. Mayerly Moreno, secretaria de educación del municipio de La Calera, enfatizó la limitación de la competencia municipal en estos casos: "Nosotros no tenemos la competencia de otorgar ningún permiso, la Alcaldía Municipal de La Calera no tiene ninguna competencia sobre la aprobación, sobre la vigilancia o sobre el control de estos establecimientos que ofertan atención a niños en estas edades".Este vacío legal y de control ha dejado a los padres en una posición vulnerable, a la espera de que se definan las responsabilidades.Dos meses después del fallecimiento, Mildret dice que aún desconocen los resultados de la necropsia y tampoco tienen respuesta por parte de la Fiscalía General de la Nación sobre los avances en la investigación.Verificación y precauciónAnte la proliferación de establecimientos que ofrecen servicios de cuidado o educación infantil sin cumplir con la normatividad, se hace un llamado a los padres para que verifiquen la idoneidad de estos centros. Es crucial comprobar si los sitios están certificados por el Ministerio de Educación ante el RUPEI, el Registro Único de Prestadores de Educación Inicial en el país.Mientras la Fiscalía continúa con las investigaciones para determinar las responsabilidades en el caso de Liam Gael, la comunidad de La Calera y el país entero se preguntan quién responde por estos sitios en los que se cuida a menores sin contar con los permisos.
Hace 40 años, entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985, Colombia experimentó uno de los sucesos más violentos de su historia reciente: la toma del Palacio de Justicia. Un grupo de 35 guerrilleros del M-19 irrumpió en el recinto exigiendo que se realizara un juicio contra el presidente de la época por el supuesto incumplimiento del proceso de paz. En la toma y retoma al menos 94 personas murieron.Entre las víctimas de aquella tragedia estaba Libardo Durán, quien a sus 27 años se desempeñaba como escolta del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía. Hoy, cuatro décadas después, su madre, Nelly Durán, habló en Los Informantes y contó la lucha por justicia y reconocimiento que ha marcado la mayor parte de su vida. A sus 90 años, ella ruega porque el tiempo le alcance para ver que se haga justicia en memoria de su hijo.Doña Nelly vive en una finca apartada en medio de las montañas del Huila, un lugar al que se llega después de un recorrido de tres horas desde Neiva, transitando por una carretera que solo permite el paso de vehículos 4x4. En ese ambiente, ella crio sola a cinco hijos después de enviudar. Libardo era el mayor de sus hijos, su compañía y la figura paterna de sus hermanos menores.Una vida de apoyo a pesar de la distanciaNelly Durán nació en esa misma finca en Huila. Libardo creció allí, pero tomó la decisión de irse a Bogotá a los 15 años. Su objetivo era culminar el colegio y encontrar un trabajo para poder ayudar económicamente a su familia. Libardo ingresó a la Policía Nacional porque “le gustaba la cuestión de ser policía y como decían que a los pocos años se pensionaban", afirmaron sus familiares en Los Informantes.Libardo se convirtió en el principal apoyo para su madre y sus hermanos. Doña Nelly, cuya familia se sostenía con el ordeño de “unas cuatro vaquitas”, recibía la colaboración económica de su hijo, no solo le enviaba dinero, sino cartas en fechas especiales. Ella conservó estos objetos como tesoros, incluyendo un calendario que Libardo le envió en 1983. "Él me mandaba siempre para Navidad y para el Día de la Madre. Siempre me mandaba tarjeta”, recordó.Libardo tenía 27 años cuando fue asignado al esquema de seguridad del presidente de la Corte Suprema de Justicia, uno de los hombres más respetados y poderosos del país en aquel momento. Él había llegado a ese puesto delicado por sus méritos en la Policía, pues, según Manuel Santos, tío de Libardo, “iban sacando como a los mejorcitos para esas cuestiones delicadas”.El riesgo inminenteEl país estaba sumido en el terror, especialmente tras el asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, ocurrido en abril de 1984. El proceso de paz entre el Gobierno del presidente Belisario Betancur y la guerrilla del M-19 había fracasado. El riesgo en el trabajo de Libardo era evidente y las amenazas contra el presidente de la Corte Suprema de Justicia eran constantes.Libardo le había comunicado a su familia la dificultad de su labor. Un tío le preguntó en una visita que cómo le iba, a lo que contestó: “Esto es cruel porque uno tiene que estar pendiente este señor y pues es de cuidado. Me tiene con vaina y es que a nosotros en el carro que andamos nos dejan mucho sufragio. Casi todos los días nos mandaron un sufragio”, dijo.La mañana del 6 de noviembre de 1985, Nelly Durán se enteró de la noticia de la toma del Palacio por la radio. Ella manifestó que, en ese momento, se sentía tranquila, pues Libardo no le había informado que estaba asignado allí, con el fin de no causarle preocupación.A las 2 de la tarde de ese día, el caos se apoderaba del edificio, con columnas de humo saliendo de las ventanas debido a los enfrentamientos entre la guerrilla y la Fuerza Pública. Libardo se encontraba en el Palacio junto al magistrado Reyes Echandía y su compañero guardaespaldas, el sargento Jaime Benítez. El presidente de la Corte intentó comunicarse con el presidente de la República para pedir un cese al fuego que nunca fue atendido.La declaración radial de Reyes Echandía dio cuenta del horror vivido: “Estamos aquí rodeados de personal del M-19. Por favor, que cese el fuego inmediatamente, es urgente, de vida o muerte. Estamos con varios magistrados, un buen número de magistrados y de personal subalterno, pero es indispensable que cese el fuego inmediatamente”.32 años de luto equivocadoTras la masacre, la familia Durán enfrentó la entrega de los supuestos restos de Libardo. A Manuel le fue entregada una bolsa que contenía lo que se presumía eran restos calcinados que dificultaban la identificación.“¿Usted no pudo reconocer nada? Sí, eso un pedazo como de carne ahí quemada ahí. ¿Y por qué le dijeron que era él? Dijo ‘este reloj estaba ahí al pie de Libardo’”, recordó el tío de la víctima.Debido a las dificultades en las comunicaciones de la época en el Huila, Doña Nelly salió de su finca dos días después de la entrega de los restos y se enteró de la muerte de su hijo mientras viajaba hacia Bogotá. El dolor se intensificó al no poder verlo: “Cuando llegamos a Bogotá ya lo habían enterrado, yo no lo pude ver, no lo vi”. Este suceso fue, sin duda, el día más amargo de su vida.A partir de ese momento, Nelly Durán y su familia visitaron y lloraron sobre esa tumba durante 32 años. La incertidumbre y el dolor acompañaron a la madre durante esas cuatro décadas. “Vienen recuerdos a uno de cómo fue la tragedia de él, cómo fue el sufrimiento que él tuvo, con la incertidumbre de qué fue lo que sucedió allá, cómo fue que murió él”.El descubrimiento que reabrió la heridaEn 2018, la herida de la familia se reabrió de la manera más devastadora y dolorosa. La Fiscalía General de la Nación solicitó a Doña Nelly una muestra de sangre. El análisis de ADN concluyó que los restos que la madre había llorado y visitado en el cementerio durante 32 años no pertenecían a su hijo Libardo.Los restos enterrados correspondían, en realidad, a dos de los guerrilleros del M-19 que habían participado en la toma del Palacio de Justicia y que murieron en la masacre: Alfonso Jacquin y Noralba García.Para Doña Nelly, este fue devastador. “Lo revolvieron todo otra vez de nuevo. Porque pues imagínense uno enterrar a los que lo mataron a él, a dos guerrilleros. Y después que mi hermano aparecía en una fosa común”, contó Henry Durán, hermano de Libardo.Años de esperaA pesar de que han transcurrido 40 años desde el suceso, Doña Nelly Durán sigue manteniendo viva la memoria de su hijo. Ella mantiene la fotografía de Libardo enfrente de su cama y le ora a él todos los días al amanecer, mientras reza el rosario.En todo este tiempo, Nelly ha afirmado que no ha recibido apoyo psicológico ni compensación alguna del Estado colombiano. Se siente completamente olvidada, al igual que muchas otras víctimas en el país, que deben enfrentar el dolor. “Ese dolor es muy muy grande. No se lo desea uno a nadie”, dijo la madre de Libardo.En las tardes, desde su finca, Doña Nelly encuentra algo de paz contemplando el paisaje y orando. El proceso legal por la responsabilidad del Estado colombiano en la muerte de Libardo Durán se mantiene en curso. En 2023, el caso fue fallado en primera instancia a favor de Doña Nelly. Sin embargo, el Ministerio del Interior apeló esta decisión, por lo que la familia Durán se encuentra actualmente a la espera de un fallo definitivo, que debe ser emitido por el Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca.“Todavía yo pienso que él está vivo. Yo voy a alguna parte y a mí me parece que yo me encuentro con él”, agregó. A sus 90 años, Nelly Durán cree que le queda poco tiempo de vida y solo espera que esta le alcance para lograr ver que se haga justicia en memoria de su hijo.
Ubicada a dos días de viaje en barco desde Buenaventura, Malpelo es una pequeña isla rocosa en medio de la inmensidad del océano Pacífico. A pesar de que su superficie visible se extiende solo 360 metros, y la isla mide 1.6 kilómetros de largo por 700 metros de ancho, su importancia ecológica contrasta con su pequeña extensión. Malpelo es mucho más que una roca; es la frontera más remota que tiene Colombia en el Pacífico, y un punto de concentración de gran biodiversidad marina.El 31 de octubre de 1995, esta maravilla natural recibió una protección crucial: el Gobierno de Colombia la declaró oficialmente Santuario de Fauna y Flora Malpelo mediante la Resolución 1292 del Ministerio del Medio Ambiente. Esta medida inicial reservó y delimitó el área para proteger un ecosistema marino único, caracterizado por sus tiburones martillo, aves marinas y corales profundos.La resolución de 1995 no solo estableció la protección del área, sino que garantizó su conservación a largo plazo, declarando el santuario como un bien inalienable, imprescriptible e inembargable. Desde entonces, Malpelo se ha consolidado como un referente internacional de biodiversidad marina. Aunque la declaratoria inicial cubría apenas 35 hectáreas, su belleza cautivó al mundo. Gracias al trabajo conjunto de la Fundación Malpelo y Parques Nacionales, en 2017 el área protegida se expandió.Un patrimonio mundial para bucear con tiburonesMalpelo es mundialmente famosa. De hecho, el 90% de sus visitantes son extranjeros que viajan miles de kilómetros solo para sumergirse en sus aguas. ¿La razón? La verdadera riqueza de esta isla está debajo del agua.El santuario cuenta con 27 lugares específicos para bucear. “Vi una señora que buceaba por todo el mundo y vi cómo a esa señora se le salían las lágrimas, lloraba de la emoción, decía este es el mejor buceo que he tenido en mi vida”, recordó en Los Informantes Jaiber Rojas, operario del Santuario de Fauna y Flora de Malpelo.Este ecosistema alberga más de 400 variedades de peces, 17 tipos de coral, y un sinnúmero de especies.Paula Rojas, jefe del Santuario confirmó esto: “Malpelo es famoso por sus grandes escuelas de tiburones martillo y sus cardúmenes gigantes de atunes, de pargos. Es un lugar maravilloso”.Las inmersiones revelan corales de todos los colores y peces de distintas formas y tamaños.El hábitat del tiburón martillo en el Pacífico colombianoEl buceo en Malpelo exige preparación y respeto por la complejidad del Pacífico. Los Informantes acompañaron el equipo de buceo de la Armada, junto con guías expertos como Jaiber Rojas, planearon inmersiones en arrecifes como La Nevera y La Pared del Náufrago. En esta zona, los buzos deben llevar instrumentos de localización, boyas, cuchillo y computador.Jaiber Rojas, un antiguo pescador de atuneros que se enamoró de Malpelo y ahora es uno de sus principales guardianes, reveló cómo el santuario le cambió la vida. Su experiencia es un testimonio del poder transformador de la fauna marina de la isla. Siendo nativo de la costa pacífica, él creció con la idea de que los tiburones eran peligrosos: “lo que yo aprendí y me dijeron toda la vida es que si yo me metía el agua el tiburón me iba a dar un mordisco, me iba a comer y aquí aprendí que eso no es así”.En Malpelo, se dan encuentros con criaturas tan poderosas como el tiburón. Jaiber describe la emoción de la inmersión: “hoy me da una gran emoción cada inmersión que yo hago de ver como tú eres parte de esa naturaleza. Por ejemplo, cuando ves un tiburón tan poderoso y la sensación de ser un ser tan indefenso en su mundo”, relató.Además de los tiburones martillo, la sorpresa puede llegar en medio de cavernas que parecen ruinas adornadas por peces de colores, con la aparición de un tiburón ballena o el tiburón monstruo que suele vivir a más de 100 metros de profundidad, ocasionalmente sube a la superficie para dejarse ver. Es en este entorno donde los buzos, como los de la Armada, disfrutan de Malpelo como si fueran niños asombrados con todo lo que ven.Especies únicas en Malpelo: más allá de los tiburonesAunque el buceo con tiburones sea el principal atractivo, la isla, es un ecosistema completo. Malpelo posee especies endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar, incluyendo el cangrejo de Malpelo, especies de reptiles como la lagartija de Malpelo, y el lagarto punteado.“La presencia de esta isla genera condiciones oceanográficas y ambientales únicas en las corrientes, que favorece una gran biodiversidad”, señaló Paola Rojas.La batalla por la conservación: la amenaza de la pesca ilegalToda esta riqueza, aunque bien conservada, corre peligro. A pesar de ser un santuario protegido, hay embarcaciones que se adentran en sus aguas para realizar pesca ilegal. La pesca indiscriminada fue documentada por Sandra Bessudo, directora de la Fundación Malpelo, quien ha trabajado durante más de 30 años para mantener el santuario como un sitio sagrado.El problema de la pesca ilegal es grave y delicado. Aunque supuestamente no es una pesca dirigida a tiburones, estos animales también caen en las redes. Jaiber Rojas recuerda haber visto prácticas atroces en su época de pescador, como el aleteo de tiburón: “sí me tocó ver aleteo de tiburón que tenían dos bultos de aleta y tenían muy pocos cuerpos en el buque”. Desde el lado de la conservación, él califica de terrible la práctica de cortar las aletas a un ser vivo y arrojarlo al mar.Los grupos que llegan a pescar ilegalmente están muy organizados y su actividad amenaza con extinguir lotes o complejos enteros de peces. La Armada colombiana se mantiene activa en la defensa de este territorio.Un viaje al fin del mundo: ¿Cómo es llegar a Malpelo?Llegar a Malpelo es una travesía compleja que solo se puede hacer en barco. El viaje desde Buenaventura abarca 304 millas náuticas, unos 490 kilómetros, y puede durar hasta 36 horas sin parar. No obstante, es el mar el que finalmente decide la duración.Una vez que se divisa la isla, las maniobras de desembarco son arriesgadas, ya que las condiciones del Pacífico suelen ser adversas.
Las familias que dejan a sus hijos en jardines infantiles o centros de cuidado lo hacen con la esperanza de garantizar su seguridad. Para muchos padres, la tranquilidad se basa en la confianza. No obstante, no siempre ocurre así, y Séptimo Día conoció dolorosas denuncias de presuntos maltratos, abusos sexuales y accidentes graves en estas instituciones.Uno de los casos más impactantes sucedió en el municipio de Soacha, Cundinamarca, donde tres madres, cuyos nombres fueron cambiados a Daniela, Susana y Lucía para proteger la identidad de sus hijos, denunciaron a un joven que señalaron de abusar sexualmente de sus pequeños con edades entre los 2 y 4 años.Las denuncias de las madres de familiaLas tres madres matricularon a sus hijos entre 2024 y 2025 en un plantel que se hacía llamar Liceo Psicopedagógico Compartir, ubicado en la comuna 5 de Soacha. Los padres habían depositado su confianza en este lugar, al que le pagaban para cuidaran a sus hijos.“Nos dijeron pues que allá les iban a enseñar lo que era prematemáticas, español, ciencias, educación física, religión, ética y valores, inglés”, relató una de las madres.Inicialmente, todo parecía normal. Sin embargo, tres meses después, en mayo de 2025, Lucía, madre de Sofía de 3 años y medio, comenzó a notar preocupantes cambios en el comportamiento de su hija.El comportamiento habitual de Sofía se transformó en resistencia y miedo al colegio. Lucía recuerda el momento en que intentó llevarla: "Amor, vamos a bañarnos para ir al colegio. Y ella se levantó en la cama y se puso a llorar. Me decía que no quería ir, que no quería ir y se me orinó en la cama".A medida que pasaban los días, el comportamiento de la menor empeoraba. Manifestaba dolor al orinar, situación que su madre inicialmente no lograba comprender.Sin saberlo, madres de otros compañeros de clase enfrentaban situaciones similares. Susana, madre de David, de 2 años, notó que su hijo sufría episodios de terror en casa: "El niño se levantaba gritando en pánico y se subía corriendo a la habitación y pues que yo lo arrunchaba y se dormía tranquilo".Por su parte, Daniela, madre de Karen, recordó que desde septiembre de 2024 percibía que algo no estaba bien. Su hija, quien nunca se orinaba, empezó a despertarse orinada. Al intentar bañarla, la niña manifestaba dolor en su zona íntima y evitaba el contacto.El día en que una pequeña reveló la verdadEl 13 de mayo de 2025, cuando Sofía, de 3 años y medio, mientras la bañaban relató lo que estaba viviendo. Lucía relató el impacto de esa confesión: "Yo sentí algo muy feo en mi cuerpo, de sentir que mi niña me estaba diciendo que un hombre la había tocado", dijo.La menor aseguró que el presunto abusador era Juan Felipe Rodríguez Arango. Un médico examinó a la niña y activó el código blanco y el protocolo con Bienestar Familiar y la Policía de Infancia y Adolescencia.Otros niños también señalaron al mismo hombre. De igual manera, Karen, la hija de Daniela, había presentado cambios en su comportamiento, y su madre confesó que ya había pensado en este joven. La madre de Sofía aseguró además que su hija había manifestado que el profesor "le daba educación física".Negación y la carrera contra el relojLucía buscó respuestas en el jardín, donde descubrió que el colegio tenía un docente hombre, algo que ella desconocía. Ella llamó a la directora, Diana Paola Sierra Molina, pero afirma que nunca le contestó. Cuando finalmente lograron hablar, la rectora intentó disuadir a Lucía de tomar acciones: "Me ingresa a mí una llamada y ella me dice, ‘No, mamá, escúchame. Espera, no hagas nada. Escúchame, él no hizo eso. Vea, hablemos’".Indignada, Lucía insistió para saber quién era el presunto responsable. La directora negaba la vinculación del joven con el rol docente, asegurando que él no era profesor, sino "una persona de logística". Sin embargo, tanto la hija de Lucía como la hija mayor de Daniela aseguraban que él era el profesor Felipe.Las madres acudieron a las autoridades, y fue el 18 de mayo de 2025 cuando Juan Felipe Arango Rodríguez fue finalmente capturado.La grave revelación: un plantel ilegalEn medio de la búsqueda de justicia, las madres hicieron un descubrimiento alarmante: el Liceo Psicopedagógico Compartir operaba ilegalmente. No había ningún tipo de vigilancia de las autoridades en Soacha, y nadie sabía que era ilegal.Johan Hernández, secretario de educación de Soacha, confirmó que el lugar no estaba autorizado para funcionar donde se encontraba: "No puede tener licencia de funcionamiento por estar dentro de un conjunto residencial".Una de las madres lamentó: "nunca hicieron una regulación dentro de la localía o el municipio de Suacha, qué docentes estaban, si estaban certificados o no para poder tratar niños".Tras su captura, a Juan Felipe Rodríguez Arango le fueron imputados los cargos de actos sexuales abusivos con menor de 14 años. Hoy enfrenta un juicio ante el juzgado cuatro penal del circuito de Soacha.A pesar de las graves acusaciones, Juan Felipe Rodríguez Arango se declaró inocente ante las cámaras de Séptimo Día.
Situación en Catatumbo, incierta tras 29 días de paro
Comisión del Gobierno Nacional viajó a Catatumbo para buscar soluciones
Revelan video de manifestantes en Catatumbo presuntamente disparando a policías
“Estamos mal en todo sentido y encerrados”, dice habitante de Tibú
Gobierno condicionó diálogos en el Catatumbo a que se levanten bloqueos
Por heridas de bala murieron los cuatro manifestantes en Catatumbo: Fiscalía
Segundo día de negociaciones entre Gobierno y manifestantes del Catatumbo
Diálogos en Tibú entre Gobierno y manifestantes avanzan en buenos términos
Decenas de afectados en Catatumbo intentan huir a Cúcuta
La Defensoría del Pueblo confirmó que los dos soldados que habían sido secuestrados nuevamente en el departamento del Meta fueron liberados durante la noche de este martes. El anuncio lo hizo la defensora Iris Marín en su cuenta de X. "Los soldados profesionales Ángel Humberto González y Edgar Mina Carabalí fueron entregados a una delegación de la Defensoría de nuestra regional en Caquetá", escribió Marín, quien agregó que los uniformados "se encuentran en buen estado y en camino para encontrarse con sus seres queridos". Noticias Caracol conoció que los dos soldados, tras ser liberados, fueron trasladados a San Vicente del Caguán.El secuestro se registró en horas de la tarde, más temprano, en el municipio de La Macarena, en el Meta. Ambos fueron secuestrados luego de que en un operativo conjunto con el CTI de la Fiscalía en el que ingresaron a una vivienda donde encontraron droga, armamento, munición y dinero en efectivo. Por los hechos detuvieron a una mujer, que fue extraída en un helicóptero. Es en ese momento cientos de personas llegaron a la zona, al parecer por orden de las disidencias de las extintas FARC, y retuvieron inicialmente a un teniente y dos soldados. Tanto el oficial como uno de los uniformados fueron liberados inmediatamente. Luego, los dos uniformados que aún se encontraban retenidos fueron liberados en un punto entre San Juan de Lozada, un corregimiento ubicado entre San Vicente del Caguán (en el departamento del Caquetá), La Macarena, y Getsemaní. Poco antes del mediodía, se informó que los miembros de la fuerza pública había sido entregados a un sacerdote, a 22 kilómetros de donde se produjo el secuestro. Sin embargo, momentos después los retuvieron nuevamente.En ese momento, el Ejército expresó su rechazo por “el secuestro de nuestros soldados de la Fuerza de Tarea Omega”, quienes “cumplen con la misión constitucional de proteger a la población y garantizar la seguridad en el territorio. Exigimos su liberación inmediata y el respeto por su vida e integridad. Ningún integrante de la Fuerza Pública debe ser usado como medio de presión por estructuras criminales o ante pretensiones ilógicas”.NOTICIAS CARACOL
Cuando Yuri Buenaventura vino al mundo, los tambores ya sonaban. No eran simples instrumentos, sino el eco de una herencia ancestral que anunciaba una vida marcada por la música, la resistencia y el orgullo de ser del Pacífico. “Cuando yo fui a nacer era una casita de madera y nací fue por partera, que es una cultura del Pacífico de no nacer en el hospital sino que te recibe una mujer partera. Entonces los vecinos sacaron los tambores porque iba a nacer un niño”, recuerda el artista en diálogo con María Elvira Arango en el podcast En Aguas Profundas.Su padre, un hombre apasionado por la lectura y la música clásica, pidió silencio. Pero los vecinos le respondieron: “Señor, estamos tocando los tambores porque va a nacer su hijo. Estamos celebrando la vida”. Fue así como Yuri Buenaventura respiró por primera vez, en sus propias palabras, el sonido del África y del mar, una inspiración que más tarde definiría su destino.La infancia en el Pacífico: entre los caracoles y la literatura francesaNació y creció en Buenaventura, una tierra de contrastes, en la que la pobreza convivía con la alegría del tambor y la espiritualidad del pueblo afrodescendiente. Su infancia transcurrió entre juegos con caracoles y tortugas, y tardes en casa escuchando a su padre leer en voz alta a escritores franceses o a compositores clásicos. Ese pequeño universo doméstico sembró en Yuri un amor profundo por la cultura y una atracción por Francia.“Ser negro es una etnia, es una cosmovisión que viene del África. Yo pertenezco a esa cosmovisión”, dice hoy, con la misma convicción con la que hace cuarenta años decidió agregarle a su nombre artístico el de su ciudad natal. “En una época decían: Buenaventura, allá solo hay negros y huele a pescado. Gravísimo. Entonces me puse el nombre Buenaventura para que tengan que nombrar a mi pueblo”, explica.París: una maleta, un bongó y un sueñoA los 18 años, Yuri dejó su casa de madera y su mar para viajar a París con el propósito de estudiar Economía. Soñaba con abrirse camino, como muchos jóvenes de su generación, en una Europa que imaginaba llena de oportunidades. Sin embargo, pronto descubrió que su verdadera vocación no estaba en los libros de macroeconomía, sino en la música.“Me inscribí en la universidad, pero yo hacía música en los metros para ganarme mi platica y así me di cuenta que lo que quiero hacer es música. Empecé con una guacharaca”, cuenta.La vida en París no fue fácil. Vivió en la calle, durmió en estaciones y viajaba en los buses nocturnos para no morir de frío. “Atravesando el río Sena el bongó se me rajó. Sin ese cuero yo no podía tocar, entonces le dije a Dios: ya no aguanto más, no más, no me arrastres, me está dando muy duro”, recuerda con una mezcla de serenidad y agradecimiento.Desesperado, amarró su bongó al cuello y se lanzó al río. Pero no murió. “Salí por gracia de Dios, y desde ahí me empezó a ir bien en la música”, confiesa. En los años siguientes, Yuri Buenaventura se convirtió en uno de los músicos colombianos más reconocidos internacionalmente. Su interpretación de “Ne me quitte pas” —el clásico de Jacques Brel— lo catapultó en Francia, donde fue reconocido por su voz poderosa y su manera de fundir la nostalgia del bolero con la fuerza de la salsa.Pero más allá del éxito, Yuri nunca dejó que el ego lo dominara. “Es un compromiso, no hay nada de ego, porque desde el principio es un trabajo que pertenece a un colectivo: el trabajo de la comunidad negra, la expansión del pensamiento negro”, explica. Para él, la música no es un acto individual, sino una misión: “Soy un transmisor”.Aunque ha llenado escenarios en Europa, confiesa que en Colombia no siempre ha sido igual de fácil. “Curiosamente, ha sido más sencillo llenar escenarios afuera que en mi país”, admite. Sin embargo, su relación con Colombia sigue siendo de amor profundo y de orgullo por representar su cultura.Hoy, a sus 58 años, Yuri Buenaventura se siente en paz. Más emocional, más agradecido y más consciente de lo que significa estar vivo. Su historia, marcada por la humildad, el arte y la resistencia, lo ha convertido en una figura inspiradora.A quienes han sentido el deseo de rendirse, como él alguna vez lo hizo, les deja un mensaje contundente: “Hay que alejarse de esas sensaciones de querer despedirse de la vida. La vida es un préstamo y siempre hay salidas”.NOTICIAS CARACOL
Todo parece indicar que Jhon Durán está viviendo su momento de reivindicación con el Fenerbahce, equipo al que llegó esta temporada cedido por el Al Nassr de Arabia Saudita. El delantero colombiano, de 21 años, arribó al conjunto otomano con grandes expectativas, pero su rendimiento inicial no fue el esperado, lo que generó críticas por parte de la prensa y la afición.Sin embargo, el panorama ha cambiado por completo. En el reciente clásico ante el Besiktas, Durán se convirtió en el héroe de la jornada y en protagonista de una historia que ha conmovido a todo el entorno del club.El exjugador del Aston Villa ingresó al terreno de juego a los 66 minutos, cuando el marcador estaba igualado 2-2. Con su habitual potencia y olfato goleador, el antioqueño aprovechó una oportunidad a los 83 minutos y marcó el tanto del triunfo con una gran definición, desatando la euforia de los hinchas en el estadio Şükrü Saracoğlu.El gran gesto de Jhon Durán con el FenerbahceDe acuerdo con información publicada por el portal ‘HT Spor', los jugadores del conjunto ‘canario’ recibieron una bonificación tras la victoria en el derbi frente al Besiktas, como parte del sistema de primas implementado durante la era de Sadettin Saran.Jhon Durán, autor del gol decisivo, sorprendió a la directiva al donar su bonificación a la academia juvenil del club. Se estima que el premio total entregado por la dirigencia ascendía a un millón de euros, monto que fue repartido entre la plantilla. Sin embargo, Durán decidió no aceptar su parte y destinarla al desarrollo de las divisiones menores.El gesto fue ampliamente aplaudido por la hinchada y los medios locales, que resaltaron la humildad y el compromiso del colombiano con el crecimiento institucional del Fenerbahce."En el marco del sistema de bonos iniciado durante el período de Sadettin Saran en Fenerbahçe, se realizaron pagos a los jugadores después de la victoria en el derbi de Beşiktaş. Jhon Duran, autor del gol en el derbi que dio la victoria, donó la prima que recibió a la Academia del Fenerbahçe. La decisión de John Duran impresionó enormemente al presidente y a la directiva, y prevaleció la idea de que su confianza en el jugador no era recíproca", publicó 'HT Spor'.¿Cuándo volverá a jugar Fenerbahce?El equipo dirigido por Domenico Tedesco deberá cambiar rápidamente el chip, ya que tendrá acción internacional entre semana por la cuarta fecha de la UEFA Europa League. Su próximo compromiso será el jueves 6 de noviembre, cuando visite al Viktoria Plzen desde las 3:00 p. m. (hora colombiana).
El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación tiene identificado al segundo sujeto señalado de asesinar a Jaime Esteban Moreno en la madrugada del 31 de octubre tras una pelea en un bar de la localidad de Chapinero, en Bogotá. El señalado homicida, un vendedor ambulante que trabajaría en San Victorino, en el centro de la ciudad, quedó registrado en las cámaras de seguridad tumbando al piso y pateando al estudiante de la Universidad de los Andes que falleció por politraumatismo severo.Un hombre vestido de negro que porta unas orejas de conejo es hoy uno de los más buscados por las autoridades en Bogotá. El sujeto fue registrado por la cámara de seguridad del bar donde el joven Jaime Esteban Moreno departía. En los videos se observa a Juan Carlos Suárez, quien no portaba camiseta y tenía su cabeza teñida de rojo. Hasta ahora es el único judicializado por el crimen. Las cámaras de seguridad permiten reconstruir minuto a minuto cómo se desarrollaron los hechos.Lea: El mensaje que los agresores le dieron a Jaime Esteban Moreno antes de ser asesinadoMinuto a minuto del crimen de Jaime Esteban MorenoLas imágenes recolectadas del caso corresponden a los últimos minutos de vida de Jaime Esteban Moreno. A las 2:58 de la mañana, Moreno, que porta una chaqueta roja, sale del establecimiento en compañía de su mejor amigo. Caminan por la calle 64 hacia el oriente de la ciudad. Esta cámara está ubicada aproximadamente a 20 metros del bar.Pocos minutos después se ve al hombre de las orejas negras, Juan Carlos Suárez y otros acompañantes toman la misma ruta, pero en sentido contrario. Siete segundos después, Moreno y su amigo se devuelven por la misma vía y cruzan hacia el Oxxo de la esquina en la avenida Caracas. Otra cámara los capta de frente, son las 3:03 de la mañana, caminan tranquilamente sin saber qué son sus últimos pasos.Un reciclador que pasaba por el lugar y que más tarde pediría ayuda en el hospital de Chapinero aparece también en las imágenes y sería uno de los principales testigos del hecho. Detrás de él corre inicialmente Juan Carlos Suárez, disfrazado de diablo. Después se ve al hombre de negro con orejas de conejo y a una mujer corriendo. Segundos después se lanzan hacia la víctima. En otro video, esta vez captado de espaldas, se ve como los dos amigos voltean a mirar como si alguien les hubiera gritado.Juan, el amigo de Jaime Esteban, intenta protegerse, pero recibe golpes de Juan Carlos Suárez, quien se le abalanza sin camisa. Moreno trata de levantarse, pero cuando va a retirarse con su amigo aparece corriendo el hombre con orejas de conejo. Le lanza una patada voladora y el joven universitario cae en el andén. Los dos sujetos lo golpean. Son segundos de terror en los que su amigo, desorientado, no sabe cómo ayudar.Después los agresores se alejan caminando hacia el oriente de regreso a la avenida Caracas, mientras Jaime queda tendido en el suelo. Momentos más tarde, el reciclador testigo de todo toma rumbo al norte. Cámaras de otra calle lo captan corriendo supuestamente hacia el hospital de Chapinero para pedir auxilio. A las 3:45 de la mañana, 40 minutos después del ataque, una patrulla de la policía llega en contravía por la carrera 15. El amigo de Jaime Esteban les pide ayuda.Los uniformados lo suben al vehículo y se dirigen al norte, hacia el hospital de Chapinero, donde el joven recibe los primeros auxilios. Horas después, Jaime Esteban Moreno muere en el hospital Simón Bolívar a donde había sido trasladado por la gravedad de sus heridas. El agresor sería Ricardo González, de 23 años. A esta hora es buscado por las autoridades. De otro lado, en las próximas horas Juan Carlos Suárez será llevado a audiencia, donde se imputará el delito de homicidio.Lea: Revelaciones de amigo de Jaime Esteban Moreno sobre golpiza en la que murió: últimos minutos de vidaEl homenaje a Jaime Esteban Moreno en la Universidad de los AndesLos amigos, compañeros y profesores de Jaime Esteban Moreno no entienden cómo asesinaron a un joven tranquilo, amable y soñador. En medio de la plaza Lleras se reunieron amigos, docentes de diferentes facultades, la rectora de la institución educativa y otros estudiantes para despedirlo. "Le decían Jimmy. Era un buen muchacho, inteligente, noble, aplicado a sus estudios y muy responsable", dijo Camilo Inoue, uno de los amigos de la víctima, durante la ceremonia.Dejaron rosas y junto a su fotografía se abrazaron por unos segundos para desearle un descanso en paz. La voz de Camilo Inoue fue la encargada de ese llamado de alerta que hoy golpea a estos jóvenes en medio de un contexto crudo que esperan tenga un final. "Rendirle un homenaje a Jimmy, no es solo recordarlo hoy, sino también aprender de lo que ocurrió este fin de semana. Recordar este momento no para vivir el dolor, sino para procurar que algo así no vuelva a repetirse", dijo.Los jóvenes que lo vieron recorrer estos pasillos durante siete semestres transformaron el mensaje de dolor y frustración en un llamado. "En momentos como este es normal sentir rabia, tristeza, confusión, pero más allá del dolor, debemos tratar de que este suceso sea también un recordatorio de lo importante que es cuidarnos los unos a los otros", agregó Inoue.En la distancia los estudiantes enviaron un abrazo a la familia de Jaime Esteban Moreno que hoy confía en la justicia. "Nosotros no pretendemos interrumpir esa labor, entorpecerla, estamos a un lado confiando en que las autoridades ya se están haciendo lo que deben hacer", dijo en entrevista Luis Alfonso Jaramillo, tío de la víctima.Sobre los hechos, el hombre aseguró que tienen las versiones que les han entregado los amigos de Jaime Esteban, que estuvieron ese día junto a él. "Van por la calle 64 hacia la carrera 15, seguramente ya para buscar transporte o pedir el transporte para irse para sus casas. No sabemos más. Este muchacho, también entendemos que es de la Universidad Los Andes, el que está capturado. Es de otra carrera, de hecho, pues no es amigo de Jaime", concluyó Jaramillo.TATIANA SANABRIA/NICOLL BUITRAGOEDITADO POR MATEO MEDINA ESCOBARNOTICIAS CARACOL
El Departamento de Guerra de Estados Unidos realizó este martes un nuevo ataque contra "un buque" que supuestamente estaba operado por una organización terrorista designada en el Pacífico Oriental y confirman dos presuntos narcotraficantes muertos. "Localizaremos y destruiremos todos los buques que tengan la intención de traficar drogas a Estados Unidos para envenenar a nuestros ciudadanos", dijo el secretario de Guerra estadounidense, Peter Hegseth, al confirmar el nuevo ataque.Hegseth aseguró que la operación se realizó en aguas internacionales del Pacífico Oriental, cerca de Colombia y acompañó su publicación en Truth Social con un video de la agresión. Con este nuevo bombardeo suman más de una quincena de ataques letales y más de 25 muertos desde que Estados Unidos desplegó fuerzas del Comando Sur cerca de las costas de Venezuela en el Caribe y más recientemente en el Pacífico Oriental cerca de Colombia.A finales de la semana pasada, diferentes medios estadounidenses reportaron que el Pentágono se preparaba para posibles ataques a objetivos terrestres, luego de que el presidente Donald Trump asegurara que el tráfico por mar ha sido "controlado".El Ejército de Estados Unidos asegura que ha hundido 16 embarcaciones y 66 vidas en aguas del Caribe y del Pacífico a raíz de varios ataques, en una nueva etapa de su guerra contra las drogas. Bajo el argumento de combatir el narcotráfico, la Administración de Donald Trump escaló su ofensiva contra carteles latinoamericanos que considera terroristas y a quienes ha declarado un "conflicto armado directo" que justifica sus acciones militares en aguas internacionales.El aumento de tensiones empezó en agosto con el despliegue de buques del Ejército estadounidense en el Caribe y con Venezuela en el punto de mira, pero ya se ha extendido a aguas del Pacífico involucrando a Colombia. Tanto el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela como el de Gustavo Petro en Colombia, ambos acusados por Trump de narcotraficantes, han denunciado los ataques a las lanchas como asesinatos y ejecuciones extrajudiciales. Decenas de ONG, como Amnistía Internacional, también han cuestionado las acciones de Estados Unidos por infringir el derecho internacional.EFE