Un grupo de unos 20 lo hizo ante la patrulla que custodia esa zona. El presidente Trump ya les advirtió que, si cruzan, perderán toda posibilidad de asilo.
A este gran grupo le siguen a la distancia otros dos, con unos 2.000 migrantes cada uno, mientras montones más reducidos se adelantaron hasta la frontera.
"Sí, hay cura", se repiten María Argentina Paz y Rodrigo Villanueva, que van con la caravana de migrantes. “Las esperanzas en Honduras son muy pocas”, afirman.