Esta situación, dice, la llevó a convertir su casa en una especie de jardín infantil y hasta a adoptar una niña tiempo después, pues tenía problemas de fertilidad.
La próxima semana estos espacios, así como museos y cines, podrán recibir a sus clientes. Bodas, funerales y pequeñas reuniones también estarán permitidas. Sin embargo, hay un llamado a la prudencia.