El animalito fue acogido por la fundación Mi Mejor Amigo que se ha encargado, con amor, dedicación y esfuerzo, de curar sus heridas físicas y psicológicas.
“Se tiró al piso y comenzó a moverse sin parar y chillaba mucho", relató su dueña. Otro motivo para rechazar los juegos pirotécnicos en esta época del año.
Desorientación, pérdida de sus nidos, alteración de sus tiempos de descanso y alimentación son solo algunas de las afectaciones ante el ruido de la pirotecnia.