Existen partes del cuerpo que al tocarlas excitan más a una mujer durante un encuentro sexual y que, incluso, pueden llevarlas a sentir orgasmos.
Según el sitio Gleeden, las zonas erógenas que prácticamente todo el mundo conoce son el clítoris y la vagina.
Pero para que esa experiencia sea más placentera para la mujer, su pareja puede encender la llama con el simple contacto de la piel, el órgano más grande y sensible del cuerpo.
Acariciar los glúteos, los pezones y los labios también excita a la mujer.
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Sin embargo, existen otras zonas sensibles que, dependiendo de la persona, pueden hacer estallar el placer y llevar a que ambas partes disfruten plenamente de la relación sexual.
Estas son: las orejas, la parte posterior de las rodillas, el cuero cabelludo, la nuca, los brazos, la parte interna del codo y el ombligo en algunos casos.
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