
Lo que debía ser una jornada de aprendizaje y celebración un mes antes de su graduación terminó en una tragedia que marcó para siempre la vida de decenas de familias. El 5 de octubre de 2024, un grupo de estudiantes de la Corporación Educativa Nacional CEN, en Bogotá, realizó una salida pedagógica hacia la zona rural de Bojacá, en Cundinamarca. Lo que nadie imaginaba era que ese viaje terminaría en un accidente fatal que dejó cinco estudiantes muertos, 21 heridos y una serie de interrogantes sobre la responsabilidad institucional y la cobertura del seguro estudiantil. Séptimo Día investigó.
María José Romero, María Alejandra Blanco, Isabel Natalia Franco y Paula Andrea Londoño compartían no solo una amistad muy cercana, sino también la pasión por su carrera de auxiliares de veterinaria. A solo un mes de graduarse, salieron de la sede de la Corporación CEN en Barrios Unidos, Bogotá, rumbo a Bojacá.
A las 7:00 a.m. comenzó el recorrido. A las 8:50 a.m., en la vía entre La Mesa y Mosquera, los estudiantes notaron que algo no andaba bien. El bus iba a alta velocidad, y algunos alertaron al conductor. “Empezó a oler a quemado y ya fue cuando en la siguiente curva nos volcamos”, relató una de las sobrevivientes.
El vehículo se volcó por el lado izquierdo, se arrastró diez metros y chocó con un muro de contención. El patrullero Brian Acosta, de la Policía de Tránsito y Transporte de Cundinamarca, fue el primero en llegar: “Había muchas personas con muchos traumatismos en diferentes partes del cuerpo y nos informaban que se encontraban otras sin vida”.
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Falla mecánica, hipótesis del siniestro
Según el coronel Jonathan Sandoval, jefe seccional de Tránsito y Transporte de Cundinamarca, la causa del siniestro fue una falla mecánica, “al parecer en los frenos”. La empresa de transporte Trans City Tour, responsable del bus, se abstuvo de dar declaraciones a Séptimo Día tras consultar por lo sucedido: “Nos abstenemos de emitir cualquier tipo de declaración reiterando que los hechos mencionados son objeto de investigación”.
Mientras las ambulancias trasladaban a los heridos, la noticia del accidente se propagaba rápidamente en redes sociales y medios de comunicación nacionales. Algunos padres se enteraron por llamadas inesperadas. “A las 12 del día recibí una llamada que nunca uno quiere recibir”, contó una madre. Otro padre relató: “Llamé, para sorpresa mía me contestó un teniente de la Policía, me dijo ‘encontré el celular de ella en el piso, la buseta se accidentó’”.
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Ambos corrieron al Hospital de Mosquera con la esperanza de encontrar a sus hijas con vida. No fue así. Ellas estaban entre las víctimas fatales que dejó el siniestro.
Dura realidad de los sobrevivientes del accidente
María José, de 23 años, sobrevivió, pero quedó cuadripléjica. Su vida cambió para siempre. Como ella, otros estudiantes enfrentan secuelas físicas y emocionales graves, pero el dolor no terminó con el accidente. Las familias denuncian que el seguro estudiantil no respondió como ellos esperaban.
“Todavía hay muchos vacíos, no sé a quién le compete responder, desde que llegamos a Bogotá fue por la EPS, los gastos aparte siempre han sido de nuestro bolsillo, de la ayuda de la familia”, relató una madre de los sobrevivientes.
La IPS CAFAM, donde fue atendida María José, confirmó que la atención fue asumida por la EPS, no por el seguro estudiantil.

¿Qué pasó con el seguro estudiantil?
Los padres esperaban que la póliza contratada por la Corporación CEN cubriera los gastos médicos y funerarios. Sin embargo, según sus denuncias, esto no fue así.
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Los padres de familia señalan errores por parte de la institución educativa.
“Ha sido dificultoso porque se supone que mi póliza no tiene validez en ningún lado y no entiendo por qué”, dijo una estudiante.
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El abogado César Fuentes, representante de una de las víctimas, explicó: “No podían acceder a las coberturas de ese seguro porque no tenía vigencia para el hecho dañoso. La atención se realizó en principio a través de la póliza SOAT expedida por la aseguradora La Previsora, ellos fueron los que atendieron todo el tema de gastos y posteriormente, una vez se agota esa cobertura, se inicia la atención a través de la EPS”.
El drama que viven familias de las víctimas
Una de las familias afectadas relató que tuvo que hacer una colecta para cubrir los gastos funerarios. Un mes de la trágica partida de su hija recibieron por parte de Seguros de Vida del Estado el valor de la indemnización por su muerte, todos, según dicen, gracias a un trámite que ellos mismos gestionaron.
Las familias coinciden en que no hubo claridad sobre la activación de la póliza. Al consultar en la página web de la aseguradora, descubrieron que los carnés del seguro aparecían como vigentes solo cuatro días después del accidente.

La respuesta de la institución educativa
Diana Puche, rectora de la Corporación Educativa Nacional CEN, reconoció ante Séptimo Día: “Ha sido un error, en el momento no podría llegar a establecer en esos momentos de quién puede llegar a ser el error”.
Según documentos enviados por la rectora, la póliza sí estaba vigente y cubría para el momento del accidente a las víctimas y fue contratada con Seguros de Vida del Estado. Asegura que la institución gestionó su activación por diferentes canales. Sin embargo, las familias insisten en que nunca contaron con esa cobertura activa.
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“No sé qué pasó en relación a por qué en la base pública apareció una información diferente a la consignada, en estos momentos la verdad que me entero por ti, entonces la verdad no me he equivocado ni nosotros”, afirmó la rectora.
Séptimo Día también consultó a Seguros de Vida del Estado. La compañía no accedió a una entrevista, pero respondió mediante un comunicado: “Por respeto a la confidencialidad de la información nos resulta improcedente pronunciarnos pública y específicamente sobre trámites individuales”.
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Finalmente, y a pesar de las denuncias, la corporación CEN insiste en que las denunciantes ya recibieron respuesta a la reclamación y que las personas que no han obtenido cobertura son por falta de los requisitos exigidos por la aseguradora, pero nunca por la no activación o ausencia de la póliza. Sin embargo, las familias siguen exigiendo respuestas claras para cada uno de sus casos.