Organismos de socorro trabajan en Quetame para hallar sobrevivientes tras la avalancha que ocurrió hacia la medianoche del lunes y que deja, hasta ahora, la lamentable cifra de 14 muertos. A la labor de intentar hallar vida en medio del lodo y los escombros de las viviendas destruidas se han unido Oli y Romina, dos perritos con experiencia en este campo.
Estos ejemplares estuvieron en tareas de rescate desarrolladas tras los terremotos de Turquía en febrero de este año, y ahora esperan que con su potente olfato colaboren en la ubicación, ojalá, de personas aún con vida en medio del desastre. O, en su defecto, en el hallazgo de más cuerpos.
En cuanto al personal humano desplegado en Quetame se cuenta con la colaboración de un centenar de uniformados de la Policía, otros del Ejército Nacional, personal de Bomberos, de la Defensa Civil y la Cruz Roja, informaron fuentes oficiales.
La cuenta de fallecidos por cuenta de la avalancha en Quetame inició en seis, según informó el alcalde de esa población, Camilo Parrado. En cuanto a los heridos, también se comunicó la misma cifra, los cuales fueron remitidos a centros asistenciales.
Sin embargo, hacia el mediodía, el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García Bustos, informó que la cantidad de muertos ya ascendía a 14.
La vereda Naranjal llevó la peor parte en este tragedia. La creciente de las quebrada La Marcelita y La Quiña, así como el río Contador y el río Negro, por las fuertes precipitaciones, arrasaron con gran parte de esa población.
El alcalde de Quetame informó a primera hora que al menos 15 casas se las llevó el agua, mientras que socorristas que arribaron a la zona con la luz del día señalaron que la vereda prácticamente había sido borrada.
Imágenes proporcionadas por las autoridades en campo muestran la estela de destrucción que dejó el barro, camas, muebles y demás enseres quedaron sepultados. Por esta razón fue preciso contar con los servicios de los canes Oli y Romina.
El presidente Gustavo Petro se pronunció ante la tragedia: “La muerte que llega a Quetame, Cundinamarca, demuestra la imperiosa necesidad de ordenar el territorio alrededor del agua y liberar sus espacios en los planes POT de los municipios. Alcaldes y alcaldesas deben priorizar este principio. Mi sentido pésame a las familias víctimas”.
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