Los ladrones dejaron desprotegida la estructura que pasa por encima del caño Juan Angola, cerca al centro amurallado.
Los tubos de dos metros de longitud, y aproximadamente cinco kilos, fueron robadas por desconocidos con el único propósito de comercializarlas.
La comunidad teme que algún peatón se recueste a la estructura averiada y caiga accidentalmente al vacío.
Ante la preocupación, los habitantes de la zona programaron una jornada de reparación de la estructura.
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‘‘Muchas veces las comunidades tienen que actuar con esfuerzo propio para poder solucionarle los problemas al distrito’’, comentó Cesar Feria, veedor ciudadano.
Asimismo, los vecinos de los barrios Crespito, Santa María y 7 de agosto, quienes habilitarán vigilantes cívicos, exigen mayor presencia policial en el área.
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La mayoría de los robos de estas estructuras metálicas ocurre durante horas de la noche pues lo vándalos aprovechan la penumbra, soledad y falta de vigilancia en la zona para cometer fechorías.