A pesar de campaña de convivencia, DIM vs. Nacional termina con incidentes

La campaña de convivencia que en las últimas semanas hizo la Alcaldía de Medellín, en compañía de autoridades de Policía y líderes de las barras bravas de Medellín y Nacional fue burlada por algunos violentos.
Sin que hubiera iniciado el clásico 289 entre rojos y verdes, en el que las dos hinchadas estuvieron frente a frente luego de 245 días sin que se les permitiera compartir escenario (la última vez que las dos parcialidades asistían a un clásico juntas fue el 19 de julio de 2014), ya se habían presentado encontronazos en la tribuna oriental.
Seguidores verdes invadieron ese sector del estadio Atanasio Girardot donde había hinchas rojos e intentaron robar una de sus banderas, por lo que la Policía tuvo que movilizar unos 100 hombres del Escuadrón Móvil Anti Disturbios (Esmad) y algunos de civil, para que trataran de evitar choques.
Y aunque el partido transcurrió en calma dentro del campo de juego, al finalizar (terminó empatado 1-1), asistentes denunciaron incidentes en la salida del escenario deportivo.

Incluso, en la sala de prensa en la que los periodistas escuchaban las declaraciones de los protagonistas del partido se escucharon estallidos y se sintieron los gases lacrimógenos lanzados por las autoridades.
Y el Metro de Medellín, contra todos los pronósticos, tuvo que cerrar de manera temporal algunas de sus estaciones y luego restableció el servicio.

Para rechazar lo sucedido, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, anunció que se individualizará a los responsables.

Estos hechos se producen a pesar de los esfuerzos que las autoridades hicieron en la última semana para que ambas fanaticadas pudieran hacer gala de su folclor: invitaron a los líderes de las barras a diferentes escenarios, programaron dos partidos de fútbol en diferentes canchas de la ciudad y lanzaron una movilización en las redes sociales con la etiqueta #Elfutbolcuentaconmigo que llegó a ser tendencia.
Aunque no se sabe quiénes son los responsables, las autoridades manifestaron que hubo unas 20 personas conducidas y analizan las cámaras de seguridad instaladas en el Atanasio Girardot para evitar que vuelvan a este.
Incluso, ya hay aficionados al fútbol -que tienen altos cargos administrativos en la ciudad- que piden que lamentan lo sucedido, como el director del Área Metropolitana:

Otros piden que se restringa de una vez el ingreso al hincha visitante.