El avión se dirigía a Marandúa con 53 soldados del Ejército cuando, a 23 mil pies, se escuchó una explosión.
La cabina de carga se llenó de humo blanco y de inmediato la tripulación observó que había varios militares heridos y ensangrentados.
Con la tropa viajaba un enfermero de combate, quien revisó a sus compañeros y dio los primeros auxilios.
En total el hecho ocasionó un muerto y siete soldados heridos por las esquirlas.
La explosión afectó las líneas hidráulicas del sistema de utilidad del avión, lo que obligó al piloto y copiloto a aterrizar sin control de dirección de la rueda de la nariz, sin frenos y sin control total de superficies de vuelo.
Tras el riesgoso aterrizaje, los afectados fueron llevados a centros hospitalarios.
Un equipo de investigación del Ejército se hizo cargo del caso para determinar con exactitud lo sucedido.
Updated: octubre 19, 2016 09:22 p. m.