Bien vestido y con disimulo entra a los locales, identifica los objetos que puede robar y los esconde bajo su saco. Lo han pillado varias veces pero está libre.
Las cámaras de seguridad de algunos establecimientos han captado el modus operandi del sujeto que opera en la reconocida Zona G. Ingresa mirando para todos lados, sin llamar la atención, pero en realidad analiza así a sus víctimas.
Cuando ve una maleta en el suelo empieza a actuar: se quita el saco y con el pie arrastra el botín. Pone la prenda sobre lo que se va a llevar y disimuladamente lo levanta. Después, sale del restaurante y se va como si nada.
“El año pasado lo identificamos por fotos, no le pusimos mucha atención. Este año nos dimos cuenta que se había intensificado la labor de este delincuente”, denuncia Camilo Reales, representante de seguridad de la Zona G.
Manuel Zambrano, gerente de un restaurante de la zona G, afirma que recientemente retuvo al hombre tras reconocer que era quien había robado en su local.
Tras entregarlo a las autoridades, estas le informaron que volverían para indicarle cómo debía ser el proceso de la denuncia. Finalmente, los policías nunca aparecieron.
Estos casos son más frecuentes de lo que se cree, pues se trataría de bandas dedicadas a reclutar menores y personas de la tercera edad, “porque pasan más desapercibidas y porque la ley es menos fuerte con ellos”, según Rubén Sánchez, investigador de seguridad ciudadana.
Autoridades responden que, aunque el sujeto está identificado, no existen las denuncias pertinentes para emitir una orden de captura.
Updated: febrero 19, 2018 11:30 a. m.