El dinero no le alcanzó para llegar a Ecuador, donde su familia lo esperaba para recibir el 2018.
Contó a Noticias Caracol que después de mucha insistencia, parte de su familia logró conseguir pasaje y viajar en flota al vecino país, pero él no corrió con la misma suerte.
A su falta de tiquetes se suma otro problema: no tiene medicamentos ni implementos médicos para cuidar su salud.
“Yo me quedé sin el protector gástrico, porque son cardiópata hipertenso, sin aspirina (…) me faltan dos más y la altura de Bogotá me está afectando”, explica Luis Miguel.
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Lo más difícil para él, asegura, será pasar esta festividad de fin de año lejos de su familia, y más aún, pasarla solo en una terminal de buses.
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