
Esta semana se confirmó la muerte de Ana María Cuesta León, quien era la directora del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá. Esa entidad distrital compartió la sensible noticia el pasado miércoles 11 de junio. Cuesta era la directora del Centro de Memoria desde el pasado 2 de noviembre de 2023.
"Comunicamos con profundo dolor la partida de nuestra directora y amiga, Ana María Cuesta León. Su lucha por la memoria y la dignidad de las víctimas del conflicto armado y otras manifestaciones de la violencia en Colombia fue incansable y una inspiración para todos y todas", se lee en un comunicado del equipo de la Consejería Distrital de Paz, Víctimas y Reconciliación de la Alcaldía Mayor de Bogotá.
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El distrito confirmó que la muerte de Cuesta se dio a sus 39 años y destacaron su "compromiso y dedicación de más de 10 años" en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación. La causa de muerte no fue revelada, pero versiones entregadas a El Tiempo, se refieren a que su fallecimiento se habría dado por una posible condición de salud que padecía relacionada al corazón.
Detalles de la muerte y enfermedad de Ana María Cuesta
Este domingo, el equipo de investigación de El Espectador dio detalles de las enfermedades que sufrió la funcionaria y las batallas legales que enfrentó con las Entidades Promotoras de Salud (EPS). La primera alerta que vivió frente a sus problemas de salud se dio cuando tenía 19 años, el 30 de enero de 2006. Cuesta fue diagnosticada con hipertensión pulmonar. “Fue una noticia terrible, el médico nos dijo que ella no podía vivir en Bogotá, que necesitaba estar conectada a un tanque de oxígeno todos los días, que se trataba de una enfermedad idiopática, de causa desconocida", le contó la madre de Cuesta al medio citado.

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En 2010, la funcionaria, que en ese momento era estudiante universitaria, tuvo su primera batalla legal contra la EPS Famisanar. Un medicamento, conocido como Ambrisentan, se convirtió en una herramienta esencial para cuidar de su salud. Sin embargo, por su alto costo solo pudo recibir el medicamento por parte de la EPS después de hacer uso del derecho de tutela, un comité médico le había negado la entrega.
Más adelante se supo que la hipertensión pulmonar que tenía Cuesta estaba asociada a un lupus eritematoso sistémico (LES), una enfermedad autoinmune que le afectaba los pulmones. Esa condición médica fue la misma que año más tarde seguirían afectando su esperanza de vida. En años recientes, la falta de entrega de los medicamentos comenzó a afectar aún más la salud de Cuesta.
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El Ambrisentan no se lo entregaban desde abril y otro medicamento, conocido como Selexipag, que contenía la hipertensión pulmonar, no se lo entregaba la EPS desde diciembre del año pasado. El principal medicamento lo encontraron en una droguería de otra caja de compensación, pero Famisanar dijo que no tenían convenio. El pasado 9 de junio Cuesta fue llevada de urgencias a la Clínica Cardio Infantil. "Duró casi dos días sentada en una silla. Se le inflamaron las piernas de estar ahí. Llegó con los pulmones, el corazón y la vena aorta inflamados", aseguró su hermana.
Finalmente, Cuesta fue colocada en una camilla después de desmayarse. Sobre las 3:00 de la madrugada del miércoles 11 de junio, la funcionaria tuvo un paro ventricular y no respondió a la reanimación. “La EPS Famisanar le falló a ella, a nuestra familia, pero también al país, a la memoria, a las víctimas, porque ella quería vivir y tenía mucho más para dar”, dijo Lina León Darabos, prima de la funcionaria.
MATEO MEDINA ESCOBAR
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