El uso desmedido de ellas ha generado un nuevo fenómeno social conocido como ciberadicciones, que afecta en muchos casos a menores de edad.
Una mujer que pidió la reserva de su identidad asegura que su hermano de apenas 13 años se convirtió, prácticamente, en un adicto a los juegos en línea, al punto que pierde el control constantemente.
"Considero que es un problema, porque ya no le gusta salir, sino que quiere estar pegado del celular. Todo lo quiere dañar, es muy grosero", dice.
Según la mujer, permanece unas seis horas al día frente a una pantalla y que, “si él pudiera”, lo haría “todo el día”.
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Y mientras algunos padres señalan que controlan los tiempos en los que sus hijos acceden a internet, expertos dicen que una adicción es un comportamiento rutinario, que, por su grado de vinculación a él, aparta a la persona de sus actividades familiares, laborales o académicas.
Por lo tanto, señalan, esta situación requiere atención profesional, que no necesariamente requiere el uso de medicamentos.
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“Jóvenes, niños, hacen sus tareas, sus prácticas académicas, pero tienen que tener también un complemento, una práctica deportiva, no necesariamente esa actividad de tiempo libre tiene que ser en un medio, en este caso digital o en un computador, y adicional a ello el diálogo y la supervisión”, dice Gerardo Caicedo, sicólogo clínico.
También hacen un llamado los padres y educadores, para monitorear a qué páginas de internet ingresan sus hijos, porque del otro lado puede haber personas que no siempre tienen las mejores intenciones.
Los expertos también recomiendan la supervisión permanente de los niños pequeños e imponer algunas reglas como por ejemplo, no usar dispositivos tecnológicos en espacios de reunión familiar, como comer y pasear.