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Conozca el origen de la novena de aguinaldos que se reza en Colombia

Del 16 al 24 de diciembre, las familias colombianas participan rezan la novena de aguinaldos con el objetivo de celebrar los días previos a la llegada del Niño Dios. Aquí le contamos el origen de esta significativa práctica.

La novena de aguinaldos es popular y se convierte en una celebración emblemática e imprescindible en la rica tradición navideña colombiana.
La novena de aguinaldos es popular y se convierte en una celebración emblemática e imprescindible en la rica tradición navideña colombiana.

Con la llegada de diciembre, las familias colombianas se sumergen en la alegría de las festividades, destacando la novena de aguinaldos como una de las tradiciones más importantes y significativas. Este evento, que abarca del 16 al 24 de diciembre, congrega a todos los miembros familiares en una comunión especial, marcando los días previos a la llegada del Niño Dios.

La novena de aguinaldos es establecida en la fe católica, trasciende fronteras y se practica no solo en Colombia, sino también en Ecuador y en ciertas regiones de Venezuela. Esta antigua tradición implica rezar oraciones durante los nueve días previos a la Navidad, remontándose a épocas pasadas. La autoría de esta celebración se atribuye al fraile Fernando de Jesús Larrea, cuya vida transcurrió entre los años 1700 y 1733.

El padre Larrea desempeñó un papel fundamental al elaborar las oraciones que conforman la novena. Estas plegarias fueron publicadas en la Imprenta Real de Santa Fe a solicitud de Clemencia de Jesús Caycedo, fundadora del colegio La Enseñanza, durante el siglo XVIII. Lo que comenzó como un modesto conjunto de oraciones experimentó una evolución notable, culminando en una versión final de 52 páginas que vio la luz por primera vez en 1784. Desde entonces, la novena de aguinaldos experimentó una rápida popularización, convirtiéndose en una celebración emblemática e imprescindible en la rica tradición navideña colombiana.

A lo largo de los años, aunque las oraciones y el propósito de las novenas han mantenido su esencia, se han observado cambios en algunos textos, incorporando elementos como los gozos y la oración al niño Jesús, modificando así la tradición original. Estos añadidos, que incluyen el estribillo "ven, ven, ven, a nuestras almas", fueron introducidos en el siglo XIX por la madre Maria Ignacia.

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La edición más difundida y reconocida de las novenas de aguinaldo lleva por título Novena del Niño Dios y fue publicada y aprobada por Bernardo Herrera Restrepo, arzobispo de Bogotá, en noviembre de 1910. Este acto no solo consolidó la práctica de la novena en Colombia, sino que también contribuyó a su difusión y aceptación generalizada.

Aunque en algunos países esta oración no forma parte de la tradición, existen actividades similares, como las posadas veladas navideñas en México y Centroamérica. En este contexto, la oración no ocupa un papel central, marcando una variación en la celebración navideña. Sin embargo, queda claro que, independientemente de las particularidades locales, la esencia de unir a la comunidad en torno a la celebración de la Navidad persiste, ya sea a través de oraciones, cánticos u otras manifestaciones festivas.

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¿Por qué se reza durante esos días?


Esta novena de aguinaldos se hace con el fin de celebrar el nacimiento del niño Jesús. Cada día se lee una de las oraciones cumpliendo el propósito de la novena. Durante el primer día de la novena, se comparte la lectura de Juan 5:33-36 para inspirar a los creyentes, buscando transformar sus corazones a través del mensaje del evangelio. En el segundo día, se reflexiona sobre la responsabilidad de todos hacia la paz mundial, explorando el Salmo 71. El tercer día se centra en la lectura de Mateo 1:18-24, instando a la reflexión sobre la justicia individual en pos de un nacimiento de paz para todos. El cuarto día invita a la meditación a través de Lucas 1:5-17, destacando la fuerza de la oración como medio para alcanzar la paz.

En el quinto día, se presenta Lucas 1:26-38, resaltando el papel de la mujer como promotora de paz y reconciliación. El sexto día se centra en Lucas 1:39-45, fomentando la reflexión sobre la fraternidad como base y camino hacia la paz. El séptimo día se sumerge en Lucas 1:46-56, con el propósito de renovar corazones para superar la indiferencia y conquistar la paz. El octavo día, a través de la lectura de Lucas 1:57-66, se invita a pensar en la familia y su rol en la sociedad. Finalmente, en el noveno día, se explora Lucas 1:67-79 para meditar sobre la reconciliación y el amor.

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