El animalito había escogido una playa para desovar 180 huevos. Inescrupulosos no solo querían comercializarla a ella sino a sus futuras crías.
Se trata de una tortuga carey, de 120 kilos. Los turistas, al percatarse de lo que estaba sucediendo, llamaron a la Policía Ambienta, que de inmediato intervino y evitó que el acto criminal se llevara a cabo.
Los 180 huevos fueron sacados de la arena y llevados al tortugario de mundo marino, lugar donde se espera el proceso de eclosión. Luego serán devueltas al mar.
Expertos aseguran que en los últimos 30 años por lo menos unos 160 mil huevos han sido desovados en las playas que hacen parte del corredor sur de la capital del Magdalena.
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