Lo que empezó como un simple requerimiento policial en la zona industrial de Bogotá se convirtió en toda una sorpresa para el uniformado que grababa el procedimiento.
Una vez revisados los documentos del conductor y los papeles de propiedad, el patrullero pidió que le mostraran la cajuela del vehículo. Allí, el agente encontró a dos pequeñas arrumadas.
Ante la impotencia de no poder imponerles una multa por no estar autorizado para ello, el policía le reprocha a la familia el insólito proceder.
“¿Esa es la forma de cargar a los menores de edad?”, pregunta en cuatro oportunidades el uniformado.
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Ante la falta de respuesta, el uniformado procede a concienciar a los infractores. “¿Y si los coge un carro y los choca por detrás de quién es la culpa?, ¿del policía?”, inquirió el patrullero.
Descubiertos en su falta, apenados, los irresponsables adultos guardan silencio mientras que el patrullero exige saber cuál es el parentesco con las pequeñas. Después, el servidor público procede a explicar la razón por las que está impedido para sancionarlos.
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“No soy autoridad de Tránsito y así llame a Tránsito, sé que no les puede hacer nada porque independientemente a que yo los observe haciendo la infracción, sé que no les pueden hacer nada. Pero eso no es responsabilidad mía, eso es responsabilidad de ustedes como adultos. Y esa no es la forma de cargar menores de edad”, reprochó el uniformado.
Las autoridades recordaron no obstante, que en este caso aplican dos multas: una por sobrecupo y otra por llevar pasajeros en el compartimiento de carga del vehículo. La sanción puede ascender a los 300 mil pesos, pero el comandante de la Policía de Tránsito de Bogotá recordó que la gravedad del hecho hace que el castigo sea mínimo, si se compara con el riesgo en que estuvieron las menores.
“Lo importante aquí no es la aplicación de la norma, sino el peligro que reviste transportar a unos menores. Más en esta forma, con la cajuela cerrada, que nadie puede determinar que ocurra un evento o una desgracia, que los niños puedan sufrir una lesiones dentro de la cajuela”; declaró el coronel Manuel Silva, comandante de la Policía de Tránsito de la capital colombiana.