Más de 200 reclusos hacen parte del programa terapéutico que lidera el dragoneante Heriberto Flórez junto con guardianes del Inpec, en una granja de la zona.
“Darse uno cuenta de que puede ser instrumento de apoyo para una persona que ha perdido la libertad, esta desorientada y que una vez escucha nuestras recomendaciones y empieza a verse en un proceso (…) a uno lo llena de mucha alegría” afirma Heriberto Flórez.
Esta labor ha sido reconocida en diferentes países y ha recibido reconocimientos a su trabajo, incluyendo uno por parte del Papa Benedicto XVI.
“La comunidad terapéutica ha cambiado mi vida de una forma maravillosa”, señala Julio Andrés Pinto, interno.
Updated: julio 27, 2017 04:33 p. m.