Claudia Martelo cuenta en el libro su proceso de acoplamiento a esta noticia en una sociedad tradicional.
“Me invitaban a marchar en contra de personas como mi hijo y yo me sentí con las manos amarradas y yo dije no, yo necesito escribir. No solo por mi hijo, sino para ayudar a otras personas", expresa Claudia.
Su muchacho no jugaba fútbol y más bien le interesaba el teatro y la fotografía. Ella se hacía la ciega cuando él miraba a sus compañeros. No quería ver, hasta que entendió que la del desconocimiento era ella.
Un diplomado de Sexualidad y Educación le ayudó a abrir la mente y después empezó a escribir, lo que sería para ella, su catarsis recurriendo al amor.
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