Alberto Cárdenas hizo todo por salvar la vida de su hija de 26 años. “No quise esperar un donante cadavérico porque se puede demorar uno o dos meses y no iba a esperar a que mi hija se enfermara, lo que yo hice fue un acto de amor por ella y acá estamos”, explica el donante de riñón.
Aunque Alberto estuvo ahí para proteger a su hija, hay miles de colombianos que esperan un órgano. Por eso, ahora todos somos donantes, a menos que en vida digamos no. Asó lo estipula una norma, a la que solo le resta la firma presidencial.
“Hoya hoy hay presunción de legalidad de donación, todos somos donantes a menos que manifestemos lo contrario, pero puede llegar un tercero en este caso un familiar y decir no, me opongo al trasplante. Eso se elimina”, explica Rodrigo Lara, autor de la ley.
Adriana Segura es coordinadora de trasplantes del hospital San Ignacio, para quien la iniciativa puede llegar a desestimular la donación. “Esto no soluciona los problemas profundos que tiene la red de trasplantes en el país”, asegura.
Pero, ¿qué tan dispuestos están los colombianos a donar sus órganos?
“Pues sí, porque le sirven a otra persona”, asegura una ciudadana.
“Uno se muere y ya qué. A mí sí me gustaría”, contesta otro joven.
En el país hay más de dos mil personas en lista de espera por un órgano.
Updated: abril 21, 2016 05:08 p. m.