Los jóvenes, acompañados de algunos docentes, impidieron que los violentos llegaran hasta la rectoría y lanzaran bombas incendiarias.
Con una cadena humana y sus manos alzadas en señal de paz, expresaron su desacuerdo con este tipo de protestas que destruyen las instalaciones del alma máter y paralizan las actividades académicas.
Afirmaron que los encapuchados no representan su lucha por mejores condiciones educativas y lo único que hacen es polarizar la causa.
“Si quieren protestar, que se quiten la capucha. Para protestar, para querer cambiar la historia de la educación, no necesitamos tener nuestros rostros tapados, podemos hacerlo así, sin temor y con orgullo porque somos estudiantes”, afirmó Melissa Figueroa, alumna de la Universidad del Atlántico.
Asimismo, advirtieron que los años de miedo se acabaron y que, la próxima vez, no solo detendrán a los vándalos, sino que les quitarán la capucha y los entregarán a las autoridades.
Updated: junio 11, 2019 08:42 a. m.