Ya muchos han perdido sus fábricas y almacenes. Mientras tanto, investigadores de la región dicen que millones de pesos ya están listos para comprar sufragios.
"Hoy no se compran votos uno a uno, se compran electorados, el líder de 50, el comunal de 80, el exconcejal de 300 y eso es con grandes sumas dinero", explica Julio Acelas, director del Observatorio Ciudadano de Santander.
Mientras esto ocurre, en Bucaramanga los altos precios de los insumos, los impuestos y el contrabando liquidan a una de las pocas industrias que sobrevive en esta región, la del calzado.
Ya varios perdieron sus fábricas y sus ventas de zapatos. Carlos le hace el quite a la Policía todos los días para tratar de vender gafas en el centro de Bucaramanga.
Y así explica lo que le ocurre ahora: "Vendiendo zapatos tenía una renta de 800 o 900.000 pesos en gafas, seis gafas, cinco gafas, 30.000 pesos, 40.000 pesos”.
Wilson Gamboa, quien lidera a los productores de calzado, dice que la situación de esta industria es una bomba de tiempo si no se le facilita la producción y la competencia a su gremio.
"Es la base del sustento diario familiar de más de 60 mil, 90 mil personas que dependen de la industria", indica Gamboa.
Lo absurdo es que a ellos ningún político les cumple y hoy no hay propuestas serias para sacar a la industria del atolladero.
A pesar de las dificultades, los zapateros de Bucaramanga esperan mantener su centenaria industria, que de lejos produce el mejor calzado del país.
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Updated: febrero 19, 2018 08:38 p. m.