Muchos ni siquiera entienden por qué dejaron sus casas. Entretanto, preocupa hacinamiento y falta de salubridad que estarían afectando a los menores.
“No tenemos plata para pañales, comida, nada. Solo tenemos lo que nos han regalado”, aseguró Blanca Carlosama, una de las damnificadas.
En medio del drama, recreacionistas se ingenian maneras para sacar sonrisas a estos pequeños y de paso a sus padres.
Familias, que intentan sobreponerse a esta tragedia, esperan que pronto retornen las actividades académicas a Mocoa.
Updated: abril 03, 2017 08:08 p. m.