Diosdado Soto es uno de los cientos de cubanos indocumentados que recorrieron gran parte de Colombia para llegar a Turbo y de allí pasar a Panamá.
Lo que no esperaba es que el país vecino hubiera cerrado sus puertas a indocumentados, por lo que tuvo que quedarse en Turbo por dos meses bajo difíciles condiciones.
Pero en la mañana de este sábado, con 200 dólares, dos mudas de ropa y comida enlatada, tomó la decisión de subir una lancha, con 80 cubanos más, e ir hasta la población de Capurganá, y de allí internarse en las selvas buscando una entrada ilegal a Panamá.
La decisión la tomó luego de que se enterara que el gobierno colombiano está preparando todo para deportar a los cubanos y haitianos ilegales en este municipio del Urabá antioqueño.
Publicidad