Habitantes de los barrios Cantagallo y Rabolargo, en Carmen de Bolívar, se arriesgan a cruzar un puente colgante en ruinas que en cualquier momento puede desplomarse.
Pese al avanzado deterioro y el peligro que representa la estructura, los habitantes de los barrios separados por el arroyo Alférez lo siguen utilizando.
“Aquí se han partido brazos niños, señores adultos, jóvenes”, relata Íngrid Suárez, habitante del sector.
“Han caído, pero han quedado en las tablas y se han rasguñado las piernas y esas cosas, eso no sirve ya”, agrega.
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Carlos Torres, alcalde de Carmen de Bolívar , dijo que los lugareños “pueden usar el puente de Cantagallo que está a 250 metros”.
¿Qué es lo que voy a hacer ahí inicialmente? Mejorarle la calle que une al barrio Rabolargo con el barrio Cantagallo. Y el puente, en la medida que esta alcaldía pueda, lo hace, pero diría yo que no es la gran prioridad porque ellos tienen por dónde pasar”.
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Los lugareños, sin embargo, transitar ese puente es más fácil porque acceden con mayor rapidez al área comercial del municipio.
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