Los militares víctimas de la Toma de Miraflores, Guaviare, en 1998, denuncian que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) los excluyó de las audiencias que se adelantan por los secuestros de las antiguas FARC.
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Wilson Benavides fue uno de los 73 soldados secuestrados en una de las acciones más crudas de la entonces guerrilla de las FARC: la Toma de Miraflores. Tras 26 horas de combate, el 4 de agosto de 1998, todo era desolación en ese municipio de Guaviare.
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Luego de 24 años tratando de recuperarse del horror del secuestro, Wilson asegura que está siendo revictimizado.
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“De parte del Estado no ha habido ninguna indemnización o algo que nos dignifique de verdad. Se habla del problema, se habla de la victimización y ahorita se está revictimizando”, afirmó.
Y añadió: “Hay algunos que sí han sido reparados, pero hay unos que no hemos sido reparados integralmente, que es lo que estamos buscando”.
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Para este soldado retirado, la revictimización viene por parte de la JEP, tribunal que, según él y otras víctimas de esta toma, los excluyó de participar de las audiencias en las que exmiembros de las extintas FARC deben responder por este atroz crimen, ya catalogado de lesa humanidad.
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Su lucha empezó con una tutela y ha llegado a que la JEP señale que no está vulnerando ningún derecho de las víctimas, pero que no puede permitir la participación de todas por la gran cantidad que son.
“Se supone que la justicia no tiene ningún estrato social o algo así. Pienso que la justicia debe ser para todos los ciudadanos sin importar de qué condición social venga, debe ser para todos igual”, puntualizó Wilson Benavides.
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Para Wilson y sus compañeros que pertenecieron al Ejército y fueron víctimas de este atroz secuestro es claro que hacen parte del grupo de víctimas de la Toma de Miraflores y merecen tener una participación activa en todas las audiencias y no hacer parte del público en general.