

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Colombia se encuentra atravesando un cambio demográfico sin precedentes: la población vive más años, pero a su vez están naciendo menos niños. Según el DANE, la esperanza de vida pasó de menos de 70 años en 1993 a 76,4 en 2024, mientras que la tasa de natalidad se ha desplomado. En 2015 el país registraba 660.999 nacimientos, y en 2024 apenas 445.011. Séptimo Día habló con adultos mayores, madres, médicos y otros expertos: ¿qué es lo que está pasando? Vea lo que le contaron al periodista Diego Guauque.
Ambas realidades, aunque en principio son logros sociales y avances médicos, traen consigo profundos retos en salud, educación, economía y pensiones. En cuanto a esperanza de vida, según cifras del DANE, el género femenino es más longevo: en promedio, vive hasta los 79 años, mientras que el género masculino, hasta los 73.9 años, entre otras, porque mueren más hombres entre los 15 y los 40 años por causas relacionadas con la violencia.
Una población más longeva también significa una mayor prevalencia de enfermedades crónicas y degenerativas. En el Hospital San Juan de Dios de Armenia, Séptimo Día conoció el caso de don Luis Eduardo Zapata, de 83 años, que ilustra el rostro más duro de esta nueva realidad. Desde junio pasado está hospitalizado con diagnóstico de Parkinson y ya ni su familia lo visita.
“Él tiene familia, tiene dos hijas, pero vienen de vez en cuando”, relató la doctora María Paz Rincón, trabajadora social del centro médico. “Independientemente de su historia de vida, es un paciente en estado de vulnerabilidad, que requiere cuidados, asistencia y la compañía de sus seres queridos”, fue el llamado que hizo la especialista.
La enfermedad de don Luis es una de las que más crece en la población mayor. Según los especialistas, además del Parkinson, cada vez se diagnostican más casos de Alzheimer y esclerosis múltiple.
Publicidad
Las enfermedades cardiovasculares —hipertensión, infartos, accidentes cerebrovasculares— siguen encabezando la lista de diagnósticos en la tercera edad, mientras que los tipos de cáncer más frecuentes, entre ellos el gástrico, el de colon, el de próstata y el de mama, también se disparan en esta población.
Sin embargo, el aumento en la esperanza de vida también ha transformado el estilo de vida de los adultos mayores. Muchos viajan, disfrutan de su jubilación y cuentan con capacidad económica para gastar.
Mientras Colombia envejece, la otra cara de la moneda es la caída histórica en los nacimientos. Mientras en los años 70s el promedio de embarazos por mujer era de 7, hoy es de 1,1. Las cifras del DANE lo muestran con claridad: departamentos como Valle del Cauca pasaron de 51.780 nacimientos en 2015 a 33.055 en 2024; Norte de Santander bajó de 20.500 a 15.764; y el Quindío, una de las regiones más envejecidas, descendió de 6.000 a 3.728.
Publicidad
Este desplome se refleja en las salas de partos y las unidades de cuidados intensivos neonatales, que ya lucen solitarias. “Hay días en los cuales no tenemos ninguna paciente”, reconoció el doctor Juan Carlos Vera, director administrativo de la clínica Corpas en Suba. “Eso genera una preocupación grandísima porque es un servicio que sigue demandando recursos humanos, equipos e insumos, pero ya no da el mismo volumen de pacientes para que se pueda dar esa contraprestación del servicio”, enfatizó el galeno.
La situación impacta incluso la formación de los estudiantes de salud. Jóvenes que están realizando sus prácticas señalaron en Séptimo Día que: “A nosotros nos mandan acá para hacer prácticas y mirar embarazos, pero al no haber, no podemos aprender del proceso. Cada mamá es diferente y nos estamos quedando sin experiencia”.
Las aulas de clase también sufren la baja de matrículas. Narda Rosas, rectora del Instituto Buena Vista en Armenia, lo describió así: “Teníamos entre 360 y 380 estudiantes hace seis años, ahora tenemos 220 estudiantes”, siendo preescolar el curso en el que menos alumnos hay.
El modelo de familia en Colombia está cambiando radicalmente. Muchos jóvenes prefieren invertir en viajes, estudios o en mascotas. “Les presento a mis dos hijos: Thor y Alaska”, dijo un hombre mostrando a sus perros en entrevista con Séptimo Día. “Yo invierto más o menos 2.500 mensuales en estos dos animalitos”, contó.
Otros entrevistados también confirmaron que entre sus planes no está tener hijos: “Es muy complicado pensar en mantener un hijo si no podemos mantenernos a nosotros mismos”; “A mí, en lo personal, me cortaría las alas”.
Publicidad
Y, por su parte, el mercado inmobiliario también responde a esta nueva dinámica. Las constructoras priorizan apartamentos pequeños, de 27 a 30 m², diseñados para una o dos personas, o parejas sin hijos. “Se venden como pan caliente, rotan muy bien”, explicó un representante del sector.
Ante este panorama, la sostenibilidad de las pensiones es uno de los temas más preocupantes. María Camila González, periodista económica, explicó la metáfora de la ‘bolsa pensional’: hoy la bolsa está grande porque hay muchos jóvenes trabajando y cotizando. Pero en 2050, con menos personas en edad productiva, será mucho más pequeña. Eso significa menos dinero para repartir.
Los escenarios posibles incluyen pensiones más bajas o el aumento en la edad de jubilación, como ya ocurrió en Francia. “Toca ahorrar por otro lado, porque de otra manera probablemente la pensión le quede bajita y creo que hay que hacerse a la idea de que la pensión no será del mismo valor del salario con el que se trabajó”, advirtió González.
La combinación de más adultos mayores y menos nacimientos redefine el presente de Colombia. Historias como la de don Luis, enfermo y solo en un hospital, dejan ver que el sistema de salud no está preparado para atender a una población mayoritaria de adultos mayores. “Nuestro sistema de salud no está preparado ni adaptado a las necesidades de las personas mayores. El acceso a la especialidad de geriatría es muy difícil. El acceso ahorita a medicamentos y a terapias de rehabilitación posterior a una hospitalización es muy difícil”, explican expertos, que agregan que claramente la tendencia es a que se necesiten más geriatras que pediatras.