Se trata de Diomedez Silva Ochoa, de la comunidad sikuani del Vichada y quien se está formando para ser uno de los técnicos de mantenimiento de las aeronaves.
Diomedez se enamoró de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) al ver sus aviones y helicópteros volar en su natal Cumaribo, cuando era un niño.
Ahora, hecho hombre, alcanzó sus sueños: se graduó como suboficial de la fuerza y no le cabe en el pecho el orgullo de ser un indígena sikuani.
"Es demostrarle a mi región que sí se puede, que en medio de las dificultades que hay en mi región, de lo lejos que está del centro del país, sí se puede luchar por algo y salir adelante", dice el suboficial.
El aerotécnico Silva es uno de los soldados más disciplinados de su curso. Su nivel es tan alto que la FAC lo mandó a especializarse en una primera etapa en la Academia Interamericana de Fuerzas Aéreas en los Estados Unidos.
"Yo espero darle a la Fuerza Aérea lo mejor de mí, todo lo que me ha dado dárselo a cambio con mi trabajo y mi lealtad", dice Silva.
El técnico es el mayor de ocho hermanos. Su familia, tras un gran esfuerzo, está más que orgullosa de sus logros.
"Que este hombre sea un hombre valiente y esforzado en el camino de Dios y un ejemplo para aquellas personas que están lejos", dice su señora madre.
Ahora el suboficial Silva tiene su primera misión, servir en la mítica base de Palanquero y seguir fortaleciéndose en el mantenimiento de aviones de transporte y de combate.
Updated: diciembre 21, 2018 04:23 p. m.