
La explosión de indisciplina que se registró durante el fin de semana podría acarrear una temida expansión de casos de COVID-19 por las rumbas que armaron jóvenes pensando que la pandemia se fue de vacaciones.
Las fiestas sin control, incumpliendo todos los protocolos de bioseguridad, se dieron en balnearios, calles, bares y discotecas de Bogotá, Cali, Medellín y la costa Atlántica, las zonas con más hechos de irresponsabilidad reportados el puente festivo.
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En ciudades como la capital vallecaucana fue evidente que pudieron más las ganas de bailar y consumir licor que de cuidarse y evitar un contagio masivo de COVID-19.
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Funcionarios del ICBF llegaron hasta un balneario del municipio de Florencia, Caquetá, al evidenciar que una menor de edad estaba consumiendo bebidas embriagantes. El lugar fue sellado por tres días y la madre de la niña, que llegó al lugar buscando a su hija, fue multada.
Las aglomeraciones también se hicieron evidentes el domingo en Monserrate, donde la gente hizo largas filas para subir al cerro y se olvidó del distanciamiento social.
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El director de Seguridad Ciudadana, el general Ernesto Rodríguez, precisó que en solo un día se intervinieron 694 festividades, entre ellas 231 en hogares y 463 en espacios públicos.
Además, capturaron a 62 personas por violación de medidas sanitarias.
Los multados deberán pagar $936.000 por incumplir las medidas sanitarias y, con suerte, solo tendrán ese recuerdo y no el del inicio de un contagio masivo de COVID-19.