Se cumplió en Cartagena el sepelio de un hombre que murió en un presunto caso de abuso policial protagonizado por dos agentes.
Los uniformados llegaron a desmontar una fiesta y terminaron enfrentando a los habitantes de una casa.
La versión de los vecinos de La Candelaria es que Carlos Herrera, de 33 años, participaba de un festejo familiar en su casa, cuando dos agentes de policía llegaron a controlar el alto volumen del equipo de sonido.
Esta exigencia, al parecer, generó resistencia entre los participantes de la fiesta, lo que desencadenó una serie de agresiones verbales que terminaron en violentas confrontaciones.
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“Los policías agreden a los muchachos, los muchachos salen corriendo y a espaldas uno de los policías acciona su arma de dotación seis veces. Mi primo, ya mal herido, cae al suelo y llegan nuevamente estos policías y lo agreden en el suelo”, señala Fidel Jiménez, familiar de la víctima.
La víctima, oriunda de San Basilio de Palenque, se desempeñaba como distribuidor de mercancías a domicilio y no tenía antecedentes judiciales.
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Su sepelio se convirtió en una protesta para presionar la identificación y penalización de los responsables de su muerte.
El comandante de la Policía en Cartagena visitó a los familiares de la víctima y prometió que no habrá impunidad.
“La Policía Nacional ha adelantado unas indagaciones internas, ha establecido la presunta participación de un miembro de la Policía Nacional en este hecho (…) y adelantará la investigación penal, militar y policial y la investigación disciplinaria, con el propósito de tener un resultado en pocos días”, indicó Henry Sanabria, comandante de Policía de la capital de Bolívar.
Esta presunta extralimitación se suma a la de otro ciudadano quien acusa a la policía de haberle causado heridas en una pierna, mientras los uniformados adelantaban un operativo a pocos metros de su casa en el barrio Los Caracoles.
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