“Muchas veces se orinan y hasta se defecan”, asegura una habitante del centro histórico. Otro dice: “hay gente teniendo sexo en la calle”.
La tradición y la historia que guarda este lugar son el principal atractivo turístico. Sin embargo, la comunidad afirma que estas características se ven empañadas.
“Hemos tenido muchas denuncias sobre robos, expendio de droga. Las calles nos amanecen orinadas o llenas de excremento”, recalca Dávinson Pájaro, residente de Getsemaní.
En la madrugada llegan personas a consumir drogas y licor en las calles, situación que perturba a los raizales.
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“Nos tienen enjaulado en las casas. Prácticamente nuestros hijos, nuestros nietos, no pueden salir a la calle”, agrega Miguel Caballero, habitante del barrio.
La Policía, por su parte, dice que ha desarticulado bandas dedicadas a la venta de estupefacientes.
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