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El secuestro de una comerciante en Girardot, Cundinamarca, ocurrido en julio de 2023, concluyó de manera trágica con el hallazgo de su cuerpo, tras más de dos años de incertidumbre para su familia y la comunidad. La víctima fue identificada como Ángela María Chisacá, de 38 años, reconocida en el gremio comercial del municipio.
La tragedia familiar comenzó el 12 de julio de 2023, cuando la mujer fue sacada por la fuerza de su vivienda en Girardot y obligada a subir a su propio vehículo, de acuerdo con los informes el vigilante del condominio habría sido la ultima persona en haberla visto.
“Él le abre la puerta, pues en ese momento ella baja el vidrio y el celador se percata de que ella viene en el carro y le da la entrada. Después de 10 o 15 minutos, según las versiones del celador, el carro vuelve a salir, pero no baja el vidrio, sino que él simplemente abre la puerta. Allí es cuando ella sale con paradero desconocido”, habría dicho un primo de la comerciante en anteriores declaraciones.
Sin embargo, desde ese momento, no se volvió a tener información ni más detalles sobre la ubicación de Ángela María Chisacá.
Un día después del secuestro, el automóvil de la comerciante fue encontrado incinerado en una vereda del municipio de Flandes, Tolima, lo que incrementó la angustia de sus familiares y dio inicio a una investigación de gran complejidad por parte de las autoridades.
Durante meses, el caso se mantuvo sin avances públicos significativos. En enero de 2024, la madre de la víctima, Constanza Bogotá, relató en entrevista a Noticias Caracol, el impacto del secuestro y las condiciones en las que fue hallado el vehículo. Según su testimonio, los indicios apuntaban a que su hija había sido sacada violentamente del lugar.
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Ángela María Chisacá era madre de dos niñas menores de edad, quienes se convirtieron en la principal preocupación de su familia tras la desaparición. La comunidad de Girardot, donde la comerciante era ampliamente conocida, acompañó de manera constante a sus allegados durante la búsqueda.
En el marco de las investigaciones, la Policía capturó meses después a tres presuntos implicados en el secuestro. Posteriormente, uno de ellos, conocido con el alias de ‘el Gordo’, entregó información clave que permitió avanzar en la ubicación del cuerpo.
De acuerdo con la declaración del comandante del Departamento de Policía de Cundinamarca, coronel Arley Herrera, en el marco de la investigación fueron analizadas más de 500 horas de material audiovisual, lo que permitió avanzar de manera decisiva en el caso.
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Según explicó el oficial, estos elementos probatorios “nos llevaron el pasado 3 de julio de este año hasta la vereda La Islandia, en jurisdicción de Rovira, en el departamento del Tolima. Allí, en una zona de difícil acceso, nuestros hombres del Gaula lograron la ubicación y exhumación del cuerpo”.
Con este hallazgo, las autoridades confirmaron el desenlace fatal del secuestro. De acuerdo con la Policía, el crimen fue cometido con “fines extorsivos”. Actualmente, cinco personas permanecen privadas de la libertad por su presunta participación en los hechos, todos enfrentan cargos por secuestro extorsivo, desaparición forzada e incendio.
“Entre ellos destacamos al cabecilla alias ‘el Gordo’, quien ordenó el secuestro haciéndose pasar por disidencias de las FARC para exigir la suma de 500 millones de pesos”, precisó el comandante Herrera.
El cuerpo de Ángela María Chisacá fue plenamente identificado y posteriormente entregado a sus familiares, quienes le dieron sepultura en la ciudad de Bogotá, cerrando así un largo y doloroso proceso de incertidumbre.
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Tras conocerse el esclarecimiento del caso, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, envió un mensaje de acompañamiento a la familia de la víctima: “Hoy se cierra un capítulo doloroso, pero se cierra con verdad, con responsables tras las rejas y con un mensaje claro. Ninguna víctima queda sola y ningún hecho atroz queda en la impunidad en el departamento de Cundinamarca. Acompañamos a la familia de Ángela y seguiremos trabajando para que hechos como estos no se sigan repitiendo”.
En Girardot, la comunidad se unió en solidaridad con los familiares de la comerciante, poniendo fin a más de dos años de espera y dolor, en medio del episodio de violencia que deja una profunda huella en el municipio.
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HEIDY ALEJANDRA CARREÑO BELTRAN
CON INFORMACIÓN DE NOTICIAS CARACOL