“Cuando íbamos a salir, eso nos arrastró con casa y todo”, dijo María Aponte, que llegó al lugar hace unos días para pasar las fiestas con su familia.
El desbordamiento de la quebrada El Mono, que prácticamente sepultó el corregimiento de La Virginia, en Chaparral, Tolima,
sorprendió a María y sus allegados cuando estaban durmiendo.
“No captamos el despertar porque estábamos muy cansados, porque estábamos trasnochados”, narró.
“Mi hermana dijo ‘párese’ y pa’ fuera”, recordó sobre el momento en que la avalancha se acercaba a la casa, donde estaban “mi hermana, la sobrina, el bebé recién nacido, el esposo y yo. Yo fui la única que sobrevivió”.
María dijo que había estado “lloviendo muchísimo”, pero que no creyeron que algo malo fuera a pasar.
Cuando el desbordamiento los sorprendió “a mí me arrastró el agua, me hundió y quedé sobre una roca. Intenté salir, pero era tanta la fuerza del agua que volvió y me arrastró. Me tocó cogerme de árboles y con un palo me sostuve y así fue como yo llegué a la casa donde me prestaron ayuda”, contó.
“Salí, no sé cómo, no me lo explico, digo que fue mi Dios que me sacó de ahí porque yo no conozco muy bien el lugar”, agregó.
Tras la avalancha, que rescatistas han comparado con un “Armero pequeño”, han rescatado dos cuerpos sin vida y aún buscan a seis personas.
La quebrada El Mono, que desemboca en el río Amoyá, destruyó un puesto de salud, un colegio, una iglesia y al menos cuatro viviendas.